Chaco: Sobre una nueva muerte por desnutrición de un niño Qom

14/09/2015 | Revista Norte

oscar sanchez qom muerto por desnutricion en chaco argentina

 

Los nadies: Los dueños de nada, y de todo

Hace poco más de una semana se dieron a conocer mundialmente las imágenes del pequeño Ailan Kurdi, de 3 años de edad, quien al igual que otros miles de sirios, perdió la vida intentando huir de la guerra que azota su tierra.

Por Rita Liempe / ACTA

Tanta trascendencia tuvo la foto de su cuerpo sin vida, que el pasado miércoles, la presidenta Cristina Kirchner evidencio la impresión que le causó y el drama de los miles de inmigrantes que buscan refugio en Europa. “Que nadie nos venga a poner de ejemplo a algunos países del norte, por favor, yo no quiero parecerme a países que expulsan inmigrantes y dejan morir chicos en las playas”, dijo la Presidenta en un acto de campaña en José C. Paz.

De lo que no se habló fue que en el mismo momento en que Cristina se emocionaba por el niño sirio se conocía que en el Chaco otro chico Qom había muerto por desnutrición. Ni una mención hubo en las palabras presidenciales a la muerte del chico argentino. Tampoco una lágrima.

El chico Qom, piel y hueso y con la tristeza eterna en su mirada, fue ocultado en el discurso de la presidenta de la Nación. La periodista Diana Baccaro escribió: “Oscar Sánchez murió ahogado de pobreza en las costas del abandono de los pueblos originarios ante un mar de indiferencia”.

Ya son varios los niños qom muertos por desnutrición en lo que va del año. Los últimos casos conocidos fueron los de Néstor Femenía, de 7 años que pesaba sólo 20 kilos y, recientemente, Oscar Sánchez de 14 años y sólo pesaba 11 kilos. En ambos casos a raíz de un severo cuadro de desnutrición y tuberculosis, ambas muertes por causas evitables. Desde el Estado se afirma que a pesar de que no se intervino para su asistencia, el problema radica en la organización del pueblo.

Son más de 15 mil los Qom que habitan el inhóspito territorio del “Impenetrable” en la Provincia de Chaco. De ese número, una parte de ellos abandonaron la zona de monte para acercarse a territorios más urbanizados, en busca de trabajo y fundamentalmente de agua.

Esta migración trae consigo conflictos que se suman a los que el pueblo ya tenía que soportar, ya que la discriminación se hace presente a su paso en las distintas regiones a las que arriban.

Son alrededor de 12.500 km los que separan a Argentina de Siria, pero pareciera que la diferente ubicación geográfica no los exime de problemas comunes.

En oriente los sirios huyen de la guerra, en el Chaco, los miembros de las comunidades Qom huyen de la escases que predomina en la zona. Ambos pueblos se emprenden en la búsqueda de mejores condiciones de vida, trabajo, comida y agua. Víctimas de la discriminación, la violencia y un estado ausente que desconoce su responsabilidad frente a la situación.

El resentimiento generado hacia ambos pueblos está vinculado a los problemas socioeconómicos y a cuestiones étnicas. Son tratados como intrusos por la gente e ignorados por el estado.

En promedio, cada minuto alrededor de ocho personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o las zonas de escases.

Desde ACNUR se estima que 400.000 refugiados cruzarán el Mediterráneo este año y 450.000 lo harán entrado el año 2016.

Ambos pueblos deben afrontar un trato hostil, sin mencionar el desconocimiento generalizado del idioma y costumbres que les son totalmente ajenas.

En nuestro país, respecto de los pueblos originarios, aun existe una renuencia a la aplicación de leyes tales como la 26.160 de reordenamiento territorial de comunidades indígenas, la 26.330 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, la reforma del Código Civil, las Personerías Jurídicas y otras, incurriendo en graves delitos de incumplimiento de normas constitucionales, del convenio 169 de la OIT y de la Declaración Universal de los Derechos Indígenas de la Naciones Unidas. Daños irreparables al bosque y el ambiente.

Años atrás Julio Cortazar dijo «La Humanidad empezará verdaderamente una merecer su nombre el día en que haya cesado la explotación del hombre por el hombre».

Los hombre y mujeres de este siglo XXI seguimos retrocediendo en ese ideal humanitario y cada niño muerto por hambre, violencia o guerras demuestran lo lejos que esta nuestra sociedad de merecer el nombre Humanidad.

Llamamos a la conciencia de cada persona, institución, organización, principalmente a las gubernamentales, sean locales, nacionales o supranacionales, para que reflexionemos sobre la magnitud de estos lamentables hechos y, quizá, respondernos el porqué esto sucede a miles de kilómetros con los sirios y el porqué pasa con los Qom, así como con el resto de los sectores excluidos de nuestro país, huérfanos de un estado y víctimas de la pobreza y la necesidad, explotados por redes mafiosas en busca de mano de obra barata frente a un mundo que los observa con indiferencia.

¿Cuántos más niños sin vida necesitamos para comenzar a actuar? ¿Cuántos como Óscar Sánchez o Ailan Kurdi son necesarios para generar conciencia?

Los desamparados, desocupados, los pobres, los indigentes y los desnutridos son los nuevos desaparecidos. Son borrados del relato oficial. No los registran. Son doblemente castigados: cuando los condenan a la marginalidad y cuando miran para otro lado.

Los Nadies

«Sueñan las pulgas con comprarse un perro

y sueñan los nadies con salir de pobres,

que algún mágico día

llueva de pronto la buena suerte,

que llueva a cántaros la buena suerte;

pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,

ni mañana, ni nunca,

ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,

por mucho que los nadies la llamen

y aunque les pique la mano izquierda,

o se levanten con el pie derecho,

o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie,

los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados,

corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,

rejodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones,

sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

Que no son seres humanos,

sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal,

sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies,

que cuestan menos

que la bala que los mata».

Eduardo Galeano

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