¿CUANTO IMPORTA A LA JUSTICIA LA VIDA DEL EX-JUEZ RAUL REYNOSO?

13/01/2017 | Revista Norte

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¿Corre peligro la vida de Raúl Juan Reynoso? Sí, y mucho!!  

CONDENADO POR PRESUNCIÓN DE CULPABILIDAD. Cuando lo trasladan por la vía pública lo llevan altamente custodiado, con las manos esposadas y chaleco antibalas, pero en la cárcel lo abandonan a su suerte contra 400 posibles vengadores.

Por Nolverto Guerra / Columnista invitado de Revista Norte

El ex-juez federal de Orán está  alojado en la carcel  de General Güemes (Salta), considerada la más violenta del País. Por disposición del juez federal de Salta el Dr. Julio Bavio, Reynoso espera un juicio en ese penal, donde sólo en 2016 hubo 359 hechos de violencia, entre ellos 5 muertes.

El otro Juez Federal, Miguel Antonio Medina,  procesó a la anterior cúpula carcelaria «por haber descuidado su obligación de velar por la seguridad de los internos».

El primero  de Mayo de 2016, el moreno ex-juez Raúl Juan Reynoso, titular del primer juzgado federal radicado en San Ramón de la Nueva Orán (Salta), luego de más de 12 años de ejercicio,  fue detenido: asociación ilícita, concusión y prevaricato es la acusación de los fiscales Diego Iglesias (titular de la Procunar) y salteño Eduardo Villalba. El juez federal Julio Leonardo Bavio dispuso que Reynoso fuera alojado en esa cárcel de máxima peligrosidad.  

A la fecha Reynoso es solo sospechado, no condenado.  Diversas rogativas tendientes a que el hoy ex-juez fuera alojado en espacio externo a esa cárcel violenta les fueron rechazadas. Ni las invocaciones del estado de salud delicado (Reynoso es diabético e hipertenso, además de tener stress de alto riesgo) pudieron quebrar la férrea condena anticipada contra él. 

Lógico es pensar que ningún detenido deba gozar de privilegios: un establecimiento carcelario es el destino natural.

La humanidad de Reynoso es particular dentro de ese encierro; se trata del juez que dictó condena a muchos de sus hoy compañeros de presidio. Si solo admitimos que de una población carcelaria de 1.ooo personas, el 40% haya sido condenada por este ex-juez, serían 400 potenciales enemigos con sed de venganza. De ahí se deduce que Reynoso no pueda compartir sanitarios, salones comedores,  espacios de recreación,  biblioteca, con otros internos por su grado de vulnerabilidad . Condenó a esos 400 que hoy son violentos y ya están jugados.  Y Reynoso está auto-excluído o coercitivamente condenado a mantenerse recluido en su celda en resguardo de su propia vida. 

Es el Estado tutor de la seguridad de todos sus habitantes, también de sus presos. Es quien debe extremar todas las medidas para que a Reynoso no le corresponda un «Chirete». Escándalo nacional sería. Presurosos voceros oficiales buscarían deslindar responsabilidades, pero ya inútilmente. Tarde para lágrimas. El Estado otra vez sería aventajado por la delincuencia. Otra vez silenciosos  muros de una prisión serían mudos testigos de la violencia criminal. Aquí  un descuido vale una vida!!

Y todos miraríamos a la Cámara Federal, al Juez Federal, a los Fiscales Federales y a las autoridades carcelarias buscando una respuesta, porque nadie aceptaría una negligencia. 

No hay explicaciones cuando un «Chirete» tiene sus manos manchadas de sangre. Tampoco vale que se diga que la víctima firmó un acta. Eso es una falacia!! Quién, en un estado de honda vulnerabilidad, puede rechazar esa petición? Y ahí cobraría mas certeza el fallo del Juez Medina condenatorio contra el ex-director (periodo 2014/2015) de la cárcel Federal de General Güemes  Pablo Sebastian  Matamala. Medina consideró «…evidente que muchas de las circunstancias que llevaron a los diferentes internos a autolesionarse tenían orígen en la falta de respuestas por parte de aquellos que tenían la obligación de velar por su seguridad». Este fallo fué anticipatorio. Solo había autolesionados. Y muchos. Medina quería evitar mas violencia.

Al Estado Provincial también debería preocuparle la situación de vulnerabilidad del ex-juez Reynoso. Aunque no sea su jurisdicción,  una consecuencia desgraciada afectará a toda la sociedad salteña… y más.

Al decir de Juan Bautista Mehiques, actual sub-secretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio del Justicia  de la Nación, «demostraría un fracaso estrepitoso de la política penitenciaria, de la política judicial y de los mecanismos que tiene el Estado para asegurar la reinserción social de los internos.» 

«Chirete» es el condenado que por dos veces, primero en el penal de General Güemes y luego en el de Villa las Rosas (Salta Capital),  logró burlar las seguridades internas y asesinar a sus dos ex-parejas. Y estas cárceles no están consideradas violentas.!!

El 30 de septiembre de 2016 el juez federal Julio Babio elevó a juicio la causa Reynoso y otros siete sospechados más. Aún no se fijó fecha para el juicio oral y público.

Sorprendieron las declaraciones del Fiscal Diego Iglesias quien expresó que «…Reynoso y el resto de los imputados tendrán la chance de demostrar su inocencia en un juicio oral y público» Iglesias, en la instrucción, era el más duro e implacable contra Reynoso y se refería al ex-juez oranense como el que se hizo multimillonario liderando una banda de facinerosos.

En el juicio  los fiscales deberán  probar fehacientemente cuándo, cómo y de quién Reynoso  recibió plata.  No vale más el que «Juan le dijo a Pedro, Pedro le dijo a Luis, Luis le dijo a Pancho», etc. En el juicio oral y público, tanto la parte acusadora como los defensores podrán mostrar sus certezas. Y el Estado deberá presentar a los acusados en toda su integridad física y psíquica,  para que también puedan exhibir sus verdades, si las tienen.

Como dato de relevancia, recordemos que en los últimos días de 2016, una comisión especial enviada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación se presentó en Salta Capital y luego en San Ramón de la Nueva Orán. En la información oficial se aducía que arribaba esta comisión para entender cuestiones de dos  ex-empleados de Reynoso que hoy trabajan en Salta Capital. A todos los memoriosos les resultó nimia esta información, por cuanto los enviados especiales demoraron más de lo previsto tomando testimonios a empleados y funcionarios del Juzgado Federal de Orán.-

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