El cambio de nombre favorece el ocultamiento de la desnutrición y hace que no tengamos cifras sobre su magnitud

16/02/2015 | Revista Norte
control de peso

Foto: Unicef

EL MAQUILLAJE DEL HAMBRE: Un cambio de terminología oculta la desnutrición.

 La muerte de un niño qom de 7 años por desnutrición, ¿fue sólo un caso aislado? Difícil saberlo: desde 2009 se modificó la nomenclatura en las encuestas nutricionales, lo que dificulta la medición del fenómeno.

El caso de Néstor Femenía, un niño qom de 7 años, fallecido el 6 de enero en el Chaco a raíz de un cuadro de desnutrición y tuberculosis tuvo gran difusión. Para el Gobierno, se trató de «un caso aislado, en un contexto determinado», según señaló Jorge Capitanich, jefe de Gabinete y ex gobernador del Chaco. Lamentablemente no es un caso aislado, pero muchos toman contacto recién ahora con esta realidad, a raíz de la muerte del pequeño qom.

La desnutrición es frecuente y la tuberculosis también en muchas personas niñas o adultas de nuestro país, especialmente en las más pobres, a quienes les falta alimento, vivienda, acceso a servicios de salud y tantas otras necesidades consideradas así como «Necesidades Básicas Insatisfechas» (NBI). Son estas mismas personas que vemos viviendo en la calle en Buenos Aires y el conurbano, pero también son los muchos argentinos que, en localidades del interior del país, viven en casas precarias o en taperas, comen salteado y están escuálidos, moviéndose como sombras.

En esta década, no se habló de desnutrición, casi ni se la mencionó, aunque se hicieron dos encuestas nutricionales, una en 2007 y otra en 2012. Sí supimos que había muchas personas, incluidos niños, con sobrepeso, aunque es sabido que algunos de esos «gorditos» tienen faltantes de vitaminas y otros elementos básicos para el crecimiento y desarrollo corporal. Es decir, están malnutridos.

De desnutridos leves a «riesgo de bajo peso»

En el año 2009, se cambió la forma de clasificar la desnutrición en el país. Pasamos de llamar desnutridos leves a quienes estaban por debajo de la línea normal de crecimiento a decirles» en riesgo de bajo peso»; a los desnutridos moderados se los llama ahora «con bajo peso»; y a los graves, «con muy bajo peso». Este cambio favorece el ocultamiento de la desnutrición y hace que no tengamos cifras sobre su magnitud.

Los especialistas siguen usando la vieja nomenclatura, como se hace en el resto del mundo, pero no tienen datos de todo el país, sino de los grupos que ellos estudian.

En los certificados de defunción, esto implica que, como en el caso de Néstor Femenía, la causa de muerte consignada sea «enfermedad», lo que impide conocer la situación sanitaria en nuestro país. Hace más de tres décadas la Organización Mundial de la Salud -OMS- invirtió grandes esfuerzos en todos los países, incluido el nuestro, insistiendo en que se consignara, especialmente en los niños, la causa básica de muerte. Esto permitió medir el impacto de la desnutrición en los niños en todos los países y desarrollar programas de complementación alimentaria que salvaron muchas vidas.

«HAY EN EL SISTEMA DE SALUD UNA ORDEN NO ESCRITA DE NO CONSIGNAR EL FALLECIMIENTO POR DESNUTRICIÓN O ENFERMEDADES ENDÉMICAS»

Rolando Núñez, coordinador del Centro Nelson Mandela, afirmó que la muerte de Néstor Femenía es «un caso extremo, pero no aislado». Para Nuñez, «hay en el sistema de salud una orden no escrita, pero que todos acatan, de no consignar las causas específicas de fallecimiento por desnutrición. Lo mismo sucede con enfermedades endémicas que indican atraso social y desatención, como la tuberculosis o el mal de Chagas». Resultado de esto es que no sabemos qué pasa con estos dos problemas de salud en el país.

En las consultas de niños en los primeros años de vida se toman las medidas de peso, talla y perímetro craneal y se clasifica el desarrollo o estado del niño, considerando desnutrición cuando es menor al parámetro normal. Los datos existen pero no se registran ni analizan, por eso no tenemos cifras confiables de desnutrición en Argentina. Algo tan básico se dejó sin embargo de hacer e ignoramos la realidad. Las encuestas son formas mucho más caras de medición y que se realizan cada tanto, pero anualmente debemos usar los datos de registros de los programas regulares como el de «control de niño sano». Por lo tanto, dejamos de hacer lo regular y hacemos lo raro y costoso.

LA TUBERCULOSIS SE ASOCIA A LA DESNUTRICIÓN Y ES UNA ENFERMEDAD QUE HA CRECIDO

Aún con cifras que esconden la realidad, el Ministerio de Salud de la Nación registró en el 2013 que por día murieron 2,4 personas por desnutrición. Por tanto la desnutrición es frecuente en nuestro país y no algo raro. Se asocia fundamentalmente a la pobreza, por eso en poblaciones con carencias se debe trabajar activamente en su detección. Su tratamiento elemental es la alimentación. Para eso están los planes de complementación alimentaria: leche y otros alimentos que, desde hace décadas, se han implementado en el mundo y en nuestro país. Si bien la mayor cantidad de desnutridos vive en el Gran Buenos Aires y en algunos cordones suburbanos pobres, los bolsones de pobreza extrema y desnutrición más persistentes se encuentran en el NEA y NOA, en particular en las zonas sin agua potable, cloacas o buena higiene ambiental.

La tuberculosis se asocia a la desnutrición y es un problema de salud que ha crecido. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, las muertes por tuberculosis en niños hasta los 14 años aumentaron alrededor de un 40 % entre 2004 y 2013. La tuberculosis tiene tratamiento pero debe ser controlado, o sea que no basta con indicarlo sino que personal sanitario debe visitar a las personas en tratamiento para verificar que lo reciba, porque muchas veces las personas, sobre todo los casos graves, no toman la medicación. En el país no se hace más ese control domiciliario.

Por tanto, muertes como la de Nestor Femenía no son sólo casos aislados, sino parte de un grave problema social que no debemos ocultar, sino tratarlo y disminuirlo. La salud de los niños es el capital humano futuro del país. Los niños desnutridos con tuberculosis, si llegan a ser adultos, serán pobres toda su vida por la enfermedad del hambre, la pobreza y la falta de atención.-

Infobae

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Maximum one link per comment. Do not use BBCode.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.