La revelación de un importante crecimiento de la cifra de desempleados en Francia agrega una nueva dificultad al gubernamental Partido Socialista (PS), que encara la segunda vuelta de las elecciones municipales en una posición muy complicada.
Por Amílcar Morales (PL)
Incapaz de revertir la curva ascendente del paro, como prometió hace más de un año el presidente François Hollande, el ejecutivo galo parece tener también muy pocas posibilidades de hacerlo con la tendencia del voto adverso, expresado en las urnas el 23 de marzo.
En la primera ronda de los comicios, el PS y sus aliados perdieron seis puntos con respecto a las municipales de 2008 y obtuvieron 38,8 por ciento de sufragios.
Por su parte la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), junto a otras agrupaciones del centro y la derecha, creció en dos unidades y se situó en primer lugar en la votación global, con 46,44.
Más preocupante aún es la progresión del ultraderechista Frente Nacional (FN), que quintuplicó sus resultados y pasó de 0,9 hace seis años, al 4,7 en estas elecciones.
Está claro para todos, incluso dentro del gobierno, que la mala situación de la economía, el alza del costo de la vida, el aumento de impuestos y, sobre todo, la falta de empleo, fueron elementos determinantes para muchos ciudadanos a la hora de sufragar, o de ausentarse de las urnas.
Con el aumento en febrero de 31 mil 500 personas sin ningún tipo de colocación, el paro afecta ahora a casi tres millones 350 mil franceses, lo que genera un gran descontento.
Así lo reconoció el ministro de Trabajo, Michel Sapin, cuando dijo que la cólera de la población se manifestó de dos maneras: con la abstención, o con el voto a favor del FN.
El caso es que mientras las otras agrupaciones políticas crecieron, el PS sufrió un marcado retroceso en la primera etapa del evento, donde resultaron elegidos los gobiernos locales en unas 30 mil, de las 36 mil 600 comunas del país.
Justamente cuando ese partido reorganiza sus fuerzas para enfrentar la ronda definitiva del 30 de marzo, donde estarán en juego las más grandes ciudades francesas, las estadísticas del desempleo tienen el efecto de un balde de agua fría.
La misma Martine Aubry, antigua secretaria general del PS, pre candidata a la presidencia del país y aspirante a la reelección a la alcaldía de la ciudad de Lille, apuntó hacia algunos de los retos que tiene ante sí el ejecutivo.
El gobierno, dijo Aubry, debe cuestionarse sobre sus políticas, no sólo para recuperar el voto, sino la confianza de la población y para ello hace falta adoptar medidas sociales y económicas efectivas.
Agregó que es necesario controlar el déficit fiscal, pero sin renunciar a buscar el crecimiento económico, una clara crítica a la política de austeridad presupuestaria de Hollande, seguida para cumplir a toda costa las metas impuestas por la Unión Europea.
Los recortes al gasto gubernamental conducen al desempleo en el sector estatal, contraen el consumo, limitan la inversión pública y conducen a la recesión o, al menos, a un crecimiento muy pobre del Producto Interno Bruto (PIB), han advertido en numerosas ocasiones las organizaciones sindicales.
Por esta razón, el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Pierre Laurent, advirtió que la respuesta ante el revés electoral no debe limitarse a un relevo de personas en el consejo de ministros, sino a un cambio en el rumbo del país y el abandono de las políticas de austeridad.
En estos momentos es un secreto a voces que se prepara una reorganización del gabinete y el mismo puesto del jefe de gobierno, Jean-Marc Ayrault, parece estar en el aire, pero aún es un misterio cuál será la reacción política y económica del mandatario.
Los programas adoptados por Hollande para combatir el paro, como «Empleos del futuro» y «Contratos de generación» son más bien administrativos: dar ventajas fiscales a las empresas a cambio de contratar personal joven y mantener a los trabajadores de más edad.
En esencia ese es el contenido del «Pacto de responsabilidad», sólo que a una escala mucho más grande porque los beneficios al sector privado suman unos 30 mil millones de euros, que saldrán, por supuesto, de más recortes presupuestarios.
Según el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas, el presidente debe comprender que la única manera de generar empleos suficientes es conseguir un crecimiento sostenido del PIB de al menos 1,5 por ciento, cifra muy lejana de la realidad actual.
Si, como dijo la vocera del gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, ya Hollande comprendió el mensaje de las urnas, los franceses aguardan una respuesta rápida y efectiva.
En mayo hay otra convocatoria electoral para elegir a los diputados al Parlamento Europeo y en caso de no haber cambios claros en términos de empleo y crecimiento económico, el golpe puede ser aún más contundente, señalan analistas.
Los comicios de 2014, además de representar una evaluación de lo hecho por el ejecutivo hasta ahora, dibujan el paisaje político de cara a las presidenciales de 2017, una cita mayor, donde estará en juego el Palacio del Elíseo.-