El Galpón: Vecinos en contra de la instalación de una peligrosa planta de Explosivo extranjera

27/08/2012 | Revista Norte

BOMBA DE TIEMPO

/ Una firma yankee instalará en El Galpón una planta de un químico usado como explosivo y por eso se lo conoce como «el ingrediente favorito de los terroristas». Una planta similar estalló en Francia y dejó 29 muertos y 1170 personas heridas. Las estratagemas del gobierno y la resistencia de los vecinos / 

Por Aníbal Roldan / Publicado por Cuarto Poder

Los vecinos de El Galpón saben lo que no quieren: ver el municipio convertido en una enorme fábrica de explosivos. Un peligro latente, siempre ahí, porque la firma Austin Power S.A. instalará una planta de Nitrato de Amonio. Para ello, ya ha comprado 800 hectáreas del lugar.

El Nitrato de Amonio tiene múltiples usos. El más conocido es el de fertilizante, por su contenido en nitrógeno. El otro uso, el de explosivo, porque el nitrato de amonio combinado con un combustible, especialmente los derivados más volátiles del petróleo, produce el explosivo conocido como ANFO (de sus siglas en inglés, Ammonium Nitrate Fuel Oil). Este explosivo es usado, especialmente, por las empresas mineras para remover la tierra y facilitar así la extracción de algún metal precioso. La combinación de estos elementos también es popular entre personas que tienen fines más oscuros: «Nitrato de amonio, el ingrediente favorito de los terroristas», tituló el diario El País de España, en una nota publicada el 23 de julio de 2011, con motivo de un doble atentado que mató a 85 personas en Oslo, Noruega. ETA también ha usado el nitrato de amonio para la fabricación de explosivos y en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires, se usaron 300 kilogramos de nitrato amónico. «Se sabe que en los atentados como los de Kenia, Bali o los de Casablanca se usó este fertilizante como explosivo; de hecho, varios miembros de Al Qaeda detenidos después de los atentados del 11-S confesaron que fueron entrados en el uso del nitrato de amonio para fines explosivos; y los talibanes acostumbran a usar este tipo de explosivo en el 95% de los ataques con las tropas desplegadas en Afganistán», dice el artículo de El País.

No ha quedado claro, hasta el momento, si Austin Power fabricará en Salta solo el fertilizante o si utilizará este apacible pueblo del interior para distribuir explosivos por toda la Argentina.

Un negocio explosivo

El visto bueno al desembarco de Austin Power S.A. se terminó de concretar el pasado 19 de julio, cuando el gerente de la firma norteamericana se reunió con el Concejo Deliberante de El Galpón. Ese día el enviado también tenía en su agenda participar de un copetín, pagado por Austin Power para «agasajar» a la población: léase, calmar los ánimos y condicionar una buena acogida o, al menos, mitigar la hostilidad en el recibimiento de la noticia. Pero como en la plaza central de El Galpón no se congregaron vecinos con cartelitos de welcome Austin Powers, sino con un descontento marcado, tuvieron que suspender el copetín. Los vecinos tampoco fueron con carteles de yanquis go home, por el contrario invitaron al gerente a participar de una asamblea que llevaban en la misma plaza para que explicara qué tenían pensado hacer en esa fábrica y cuáles serían los riesgos de su instalación. El gerente, falto de valentía y argumentos, se retiró sin tomar la palabra en la asamblea. «No había palabra que pronunciara el gerente que no fuera replicada por los vecinos, con la conclusión clara de un contundente rechazo. Una victoria del pueblo como primera escaramuza de una lucha que se perfila larga y dura», narró Carlos Pagano, uno de los hombres que más luchó contra la instalación de los medidores de agua y que apoya de manera incondicional la lucha contra la minería en Salta.

Pagano, profesor de filosofía tanto en la Universidad Nacional de Salta como en la Católica, denunció que hay fuerte control policial solapado de la resistencia a la instalación de la planta «altamente contaminante». Además del amedrentamiento policial, las autoridades de El Galpón hacen todo lo posible para evitar que se arme un gran debate entre los habitantes y algunos de estos intentos traspasan la barrera del absurdo, como lo que sucedió, por ejemplo, el martes 24 de julio, día en que se realizaban las fiestas patronales en honor a San Francisco Solano: el intendente hizo desviar el tradicional recorrido de la procesión porque en una de las calles alguien había escrito sobre un muro un graffiti en contra de la peligrosa fábrica de explosivos. Otro absurdo, del que da cuenta Pagano: «El Gobernador Juan Manuel Urtubey se llevó un sacerdote -se está averiguando el nombre- que habló en el sermón principal contra los que interrumpen la paz y el progreso del pueblo, aludiendo a los que se oponen a la fábrica».

Pagano –asesorado por un ingeniero químico- pone en duda los estudios de impacto ambiental y de seguridad realizados por el municipio. Y no es el único que duda.

En una reciente sesión de la cámara de Diputados, donde el representante de Metán, José Coria Muriénaga se hizo eco de la preocupación en la gente por la instalación de esta planta. «Los galponenses esperamos la creación de puestos de trabajos genuinos pero no a cualquier costo», dijo el legislador ante una falsa dicotomía planteada por sectores del oficialismo: o planta de explosivos o desempleo. Uno de los que planteó esta dicotomía fue el presidente de la Cámara de Minería, Facundo Huidobro, quien se animó a decir que los que se oponen a la llegada de Austin Power lo hacen «por desconocimiento y alentados por ‘personajes’ y sectores oportunistas.» Dijo, además, que los norteamericanos invertirán 120 millones de dólares, que se trata de una empresa de calidad, que tiene su sede modelo en Rafaela y que esta posicionada a nivel internacional. Huidobro marcó, finalmente, lo de la creación de puestos de trabajo y destacó la palabra «inversión» porque recalcó que este es justamente un año en el que nadie invierte nada. Consultado por los riesgos de tener una planta así, Huidobro minimizó los riesgos y sostuvo que como toda planta química, debe garantizar protección ambiental y el Estado velar por el cumplimento de las normas.

Pero Muriénaga insiste en que hay algo extraño en todo esto porque el municipio esconde información sobre el proyecto, cuando debería habilitarse un proceso de información para que el pueblo de Galpón pueda tomar una determinación respecto de lo que se va a hacer: «Existe una desinformación total respecto a los procesos productivos de la empresa, desconocemos detalles técnicos de la producción», enfatizó. Por otra parte, se expresó exultante en defensa del medio ambiente: «Hemos sido educados desde la primaria para cuidar nuestro medioambiente», dijo.

The boom of the system

Expertos en este tipo de sustancias, detallaron a Cuarto Poder los peligros del Nitrato de Amonio. No es un elemento combustible pero facilita la combustión de otras sustancias. Hay alto riesgo, entonces, de incendio y explosión bajo aislamiento y a elevadas temperaturas. La inhalación de esta sustancia causa tos, dolor de cabeza y dolor de garganta; su ingestión, puede provocar dolor abdominal, labios o uñas azuladas, piel azulada, convulsiones, diarrea, vértigo, vómitos y debilidad. En contacto con los ojos, puede provocar enrojecimiento y dolor. Salta no es el único lugar en Sudamérica donde este tipo de plantas se están instalando. Es más, parece que se ha puesto de moda en estos últimos tiempos las plantas de Nitrato de Amonio en este continente.

Leamos un párrafo que salió publicado en 2010 en el diario La Tercera de Chile: «Enaex SA, compañía filial del grupo Sigdo Koppers, inauguró hoy su nueva planta de nitrato de amonio Panna 4, que representó una inversión de US$230 millones y amplía las actuales instalaciones del complejo Prillex América, situado en Mejillones, II Región. Con esto, Chile ya cuenta con el complejo de fabricación de Nitrato de Amonio para uso minero más grande del mundo». Y el año que viene en Orica, Perú, funcionará otra planta similar, que producirá 300 mil toneladas anuales de nitrato de amonio, a partir del amoníaco proveniente de la petroquímica que construirá también allí la empresa norteamericana CF Industries. La planta, que demandará una inversión de US$ 500 millones, entrará en operaciones a fines del 2013.

Es verdad que los accidentes con estos químicos no son frecuentes, pero es difícil no percibir que esta fiebre por erigir plantas en Latinoamérica es consecuencia del desastre ocurrido, en 2001, en Francia.

La catástrofe

Sucedió en Toulouse, en el suroeste de Francia. Al menos 29 personas murieron, 20 desaparecieron y otras 1170 resultaron heridas en la explosión de una planta petroquímica en Toulouse, en el suroeste de Francia, que sembró el pánico entre la población y es el peor accidente de este tipo en quince años en este país.

La agencia EFE publicó estas palabras: «La deflagración, el viernes, en un depósito de nitrato de amoniaco de esta empresa del grupo TotalFinaElf, en el que había entre 200 y 300 toneladas de esta sustancia, mató a 22 personas que se encontraban en esas instalaciones y siete más que estaban en las zonas circundantes. Todos los indicios llevan a pensar que la explosión fue accidental, pero se ha generado una polémica sobre la naturaleza del nitrato de amoniaco que la provocó, ya que el ministro del Medio Ambiente, el ecologista Yves Cochet, indicó que no podía ser comercializado porque era demasiado explosivo.

TotalFinaElf aseguró poco después que si esos materiales no podían comercializarse no se debía a su peligrosidad, sino al tamaño del granulado, y puntualizó que iba a servir «como materia prima en los procedimientos de fabricación» de la planta.

El nitrato de amoniaco, que también se utiliza como explosivo en las canteras, ha sido igualmente empleado para la fabricación de bombas, como la puesta por el extremista estadounidense Timothy McVeigh, que mató a 168 personas en un edificio de la Administración en Oklahoma, en 1995. Unos 1.200 agentes, entre gendarmes y policías se están ocupando de «la seguridad y la tranquilidad públicas en Toulouse»».

Los artículos periodísticos de esos días dan cuenta de que «de acuerdo con las leyes francesas, la planta está considerada de alto riesgo químico para el medio ambiente». Así narró la explosión otro medio: «Una enorme nube roja cubrió la ciudad y el campo cercano. La explosión destruyó dos grandes edificios de la fábrica, dejó un cráter de 50 metros de diámetro y la onda expansiva hizo reventar ventanas a kilómetros de distancia. Muchos habitantes de Toulouse huyeron, por el pánico. Las autoridades evacuaron edificios públicos y escuelas, bloquearon caminos y cerraron temporalmente el aeropuerto, las estaciones de tren y el subte. Toulouse quedó aislada de Francia por unas horas, y el presidente Jacques Chirac pidió a la gente que siguiera las indicaciones de las autoridades, ya que se temía un atentado».

Tres años después de la explosión, y gracias a una ardua investigación, el grupo petrolero fue imputado por homicidios y heridas involuntarias en la explosión. Esta inculpación se produjo casi tres semanas después de que el informe definitivo de los expertos concluyese que la explosión tuvo un origen accidental, hipótesis que condujo inevitablemente a la responsabilidad del grupo Total, propietario de la empresa de Toulouse, por negligencia en la organización de la planta.-

 

Publicado por Cuarto Poder

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