«El proceso inflacionario argentino es propiciado y es funcional al modelo agropecuario exportador»

18/05/2021 | Revista Norte

Horacio Rovelli

Los aumentos de precios, las subas en las tarifas de energía eléctrica y la posibilidad de generar una alternativa nacional para la Hidrovía del río Paraná. 

Por Martín Massad 

El economista Horacio Rovelli dialogó con AGENCIA PACO URONDO RADIO (domingos de 10 a 12, en FM La Patriada) sobre el aumento de precios, la suba en las tarifas de energía eléctrica y la posibilidad de generar una alternativa nacional para la Hidrovía del río Paraná.

Agencia Paco Urondo: El aumento de las tarifas de electricidad evidenció diferentes posturas dentro del Frente de Todos para abordar la cuestión. ¿Cómo ve la situación, el aumento es viable? ¿Se tiene que hacer en dos tandas? ¿Cuál sería el porcentaje que tienen que aumentar las eléctricas para no caer de vuelta en los subsidios?

Horacio Rovelli: Con los insumos energéticos en general, no se sabe cuál es el costo de producción, ni de transporte, ni de distribución. Cuando a Juan José Aranguren, que era el ministro de Energía de Macri, que hacía 36 años trabajaba en Shell, le preguntaron cuál era el costo de extracción de gas promedio o cuál era el costo del petróleo, dijo que no lo sabía. Con el tema eléctrico pasa exactamente lo mismo. El que produce energía es el Estado Nacional, una empresa que se creó en la época de Menem que se llama Cammesa. El 99% es estatal, tal es así que la preside Esteban Kipel que es un funcionario del Ministerio de Economía de la Nación, puesto por Martín Guzmán. Esta empresa es la que produce, porque las represas, las usinas térmicas, la energía nuclear, la energía eólica, todavía son nuestras y no se privatizaron. Pero el que la transporta es el que recibe la tajada grande. El 85% del transporte de energía de Argentina lo hace Transener que pertenece al grupo Pampa Energía. Si bien es cierto que Marcelo Mindlin es el presidente de esa sociedad, Larry Fink, el CEO de BlackRock, nuestro principal acreedor de deuda privada, y Joe Lewis, la séptima fortuna más grande de Inglaterra que tiene en Río Negro, en el Lago Escondido, una especie de pileta de natación propia, son los principales dueños. Mindlin hace de representante de estos dos grandes capitalistas que son los que tienen Transener, que le cobra lo que quiere a las distribuidoras, pero a su vez, las distribuidoras nos cobran lo que quieren a nosotros. Y lo subsidiamos todos. En el presupuesto del año 2021, está estipulado que se le tiene que dar a Cammesa casi el equivalente a 5 mil millones de dólares. Todos pagamos impuestos y hay que destinarlos, no a la salud, a la educación o la vía pública, sino a Cammesa para que pueda dar energía y no nos aumente más el precio de lo que le aumentan Transener y las distribuidoras.

APU: ¿Usted cree que se puede volver a un sistema estatal de quienes nos proporcionan energía? ¿Ese es el camino?

HR: Transener es sumamente reemplazable. El gasto más grande es el de generar electricidad. Después distribuirla es riesgoso pero el Estado lo hizo, no es que ha sido un incompetente. Toda la propaganda y la diatriba contra nosotros estuvo ayudada por todos los gobiernos, que fueron funcionales, a lo que después fue la privatización porque ponían a la generación energética como la Cenicienta. Fue el gobierno peronista el que estatizó la compañía de electricidad, hizo el gasoducto Comodoro Rivadavia cuando YPF era estatal. Todo esto lo hizo el gobierno peronista en el primer y segundo gobierno de Perón, después Menem privatizó todo. Necesitamos tener transporte y tener energía estatal, no es un capricho. Si no, pasan estos cuellos de botella, que estas grandes empresas que están afincadas nos cobran lo que quieren y los usuarios tenemos que pagar cuando seguramente saldría un precio mucho menor si lo podría prestar el Estado.

APU: Usted fue miembro del equipo económico de Raúl Alfonsín también…

HR: Al principio con Grinspun, yo vengo del radicalismo pero con Grinspun. Nos echaron el 19 de febrero de 1985. Alfonsín lo echa cuando no quiere aceptar los títulos de deuda de la dictadura militar. La postura rígida del querido don Bernardo Grinspun, otro patriota que para la historia oficial va a pasar a ser olvidado, era porque el Fondo Monetario Internacional y los bancos acreedores presionaban para que les cambien esos títulos firmados por nadie. Lo habían firmado Domingo Felipe Cavallo, Dagnino Pastore, Jorge Wehbe, González del Solar, José Alfredo Martínez de Hoz, Roberto Alemann, tipos nombrados por tres dictadores. Entonces necesitaban legitimar esos títulos y el ruso, como le decían al querido don Bernardo, se opuso tenazmente. Cuando Ferrán, que era el cipayo del Fondo Monetario, el 18 de febrero fue a la oficina del Ministerio de Economía, lo sacó a los gritos tras insistirle que había que cambiar los títulos viejos por los nuevos.

APU: Hay una nota suya que habla del mercado interno como clave de la recomposición económica argentina. Allí hace un racconto de lo que fue la destrucción del aparato productivo por la dictadura militar, que se profundizó con el gobierno de Carlos Menem. ¿Cómo se recompone la matriz productiva en nuestro país teniendo en cuenta la situación de pandemia y de deuda?

HR: Ahí está el eje de todo, vamos hacia un modelo extractivista agropecuario exportador. Lo había impuesto la dictadura militar, nada más que no tenía a la soja como punta de lanza. Don Bernardo trató de hacer un modelo en defensa del mercado interno, la producción y del trabajo nacional. Nos echaron, el 19 de febrero de 1985 y se volvió a imponer con Juan Vital Sourrouille un modelo extractivista agropecuario exportador. Por eso regalan todo, nuestros pozos petrolíferos. YPF es una empresa que históricamente tiene el 51% estatal y BlackRock tiene el 6%, y maneja más el represente de BlackRock en YPF que lo que maneja el 51% del Estado. YPF con el aumento de las tarifas hace toda una política como si fuera una empresa internacional.

Nos llevan a un modelo extractivista agropecuario exportador. Lo hizo la dictadura militar, lo continuó Raúl Alfonsín cuando nos echó a nosotros, lo continúo el menemismo y después de la Rúa. Cuando apareció Néstor Kirchner hizo algo distinto, priorizó el mercado interno argentino. Cuando hace el acuerdo con China, lo primero que le piden es comprarnos carne vacuna y Néstor Kirchner no lo dejó porque sabía lo que significaba la carne en el costo de la canasta alimentaria y no le vendió ni un gramo. El año pasado declararon vender casi un millón de toneladas de carne vacuna. Y el 80% de la venta la hace un consorcio que se llama ABC, donde está el frigorífico rioplatense de los Constantini, está Friar de Vicentín, está La Anónima de los Braun, está Swift, están todos los grandes frigoríficos y matarifes de la Argentina. Y el consumo per cápita de carne vacuna del año 2020 fue 50,1 kg, el más bajo de los últimos 100 años, cuando consumimos entre 80 o 90 kg. Eso es este modelo.

APU: Vemos que todos los intentos de controlar la inflación de parte del gobierno han sido fallidos, de hecho, el índice de abril dio 4,1% y el acumulado trimestral es cercano al 17% ¿Hay alguna manera de poder bajar la inflación?

HR: En primer lugar, el proceso inflacionario argentino es propiciado y funcional al modelo extractivo agropecuario exportador, porque ellos igualan precios internacionales con precios nacionales. La botella de aceite mezcla, que es mezcla de girasol con soja, de litro y medio, sale casi 200 pesos porque en Amsterdam se vende a 2 dólares. La gran diferencia es que en Europa, en Holanda, el salario promedio son más de 4 mil dólares y en Argentina es de 780 dólares. Nosotros que producimos la botella de aceite, la pagamos a 200 pesos y ellos que la importan con todo el viaje que hay que hacer, la pagan también 2 dólares. Es una minoría que se beneficia. Está todo fuertemente concentrado, la harina, el aceite, la yerba, el azúcar, la leche. Una economía concentrada que determina los precios, y que hace que se igualen con el exterior.

Hay que tomar tres medidas, que son las que tomó Néstor Kirchner. Lo primero de todo es frenar la constante devaluación de nuestra moneda. La devaluación ya la había hecho Macri, desde fines de abril hasta fines de julio de 2018, casi en un 100%. El dólar pasó de casi $20 a casi $40. Sin embargo, este gobierno continúo con la devaluación. Cuando asumió el 10 de diciembre del 2019, el dólar estaba $62 y ese mismo dólar hoy está $99,50. De los 100% que devaluó Macri, se devaluó un 60% más. Hay una relación inversamente proporcional entre nuestro salario y el tipo de cambio, cuando el dólar sube el poder adquisitivo cae porque se internacionalizan los precios.

APU: Hay una falta de acuerdo del gobierno de Alberto Fernández con las grandes empresas de producción nacional y de exportación ¿Existe una falta de incentivo desde el gobierno con esas empresas?

HR: Yo pienso al revés, que hay un acuerdo y que este gobierno es funcional a ese acuerdo. Lo veo claramente con el río Paraná, vuelven a conceder la licitación del río Paraná porque detrás están las grandes empresas acopiadoras y comercializadoras de granos. Estamos hablando de ADM, Cargill, Bunge, Louis Dreyfus, Glencore. Esas cinco tienen casa matriz en Estados Unidos, son capitales internacionales, pero primeramente norteamericanos, que son los que manejan el mercado de Chicago, el mercado mundial de granos. A esas hay que sumarle, la china Cofco y después dos teóricamente nacionales: ACA, la Asociación de Cooperativistas Argentinos, y AGD, Aceitera General Deheza. Esas ocho empresas, más Techint que tiene sobre el río Paraná en Campana, Toyota que tiene sobre Zárate. A todas esas les interesa sobremanera que el Estado no intervenga, porque sacan lo que quieren por declaración jurada.

Y Argentina lo acepta porque el Fondo Monetario Internacional los presiona porque detrás del Fondo está Estados Unidos, y detrás de Estados Unidos está Pimco, Franklin Templeton, BlackRock, todos los grandes fondos offshore de cobertura del mundo están detrás. Y todos ellos tienen participación en Cargill, en Glencore. El propio Larry Fink dice que BlackRock tiene participación en Cargill y en Glencore, y las otras deben tener participación en las otras empresas. Es más, Larry Fink le compró acciones a Tenaris de Techint.

Así que yo opino al revés, que el gobierno es débil ante un poder económico tan grande. Hay una frase que escuché mil veces que decía León Trotsky “el enemigo parece más grande cuando se lo ve de rodillas” y este gobierno se puso de rodillas. Por eso defiende a capa y espada la privatización del río Paraná. Ahí hay un claro ejemplo de que tiene que ser estatal. Es más usan dos dragas que eran nuestras, usan la isla Demarchi y una base en Corrientes que usa la empresa Jan de Nul, que es la empresa belga que hace dragados. Es del Estado argentino y está a préstamo a ellos. La única explicación que tiene esto es la actitud lacaya ante el poder económico.

APU: Todavía la concesión del Paraná está por verse…

HR: Patearon la pelota 90 días más tarde, pero van a necesitar la concesión igual, contra viento y marea, porque el Fondo quiere que se licite. Lo perverso de todo esto es que Martín Guzmán le dice al empleado de Clarín dónde se fue todo, y Marcelo Bonelli le dice, lo fugaron. Nosotros nos endeudamos por más de 100 mil millones de dólares y el Banco Central reconoce que se fugaron 86.200 millones de dólares. Hay que rescatar primero lo que fugaron. A Marcelo Mindlin hay que decirle, acá se fugaron 903 millones de dólares y no declaraste ganancias por ese monto, cómo hiciste para comprarlos. Eso es lo que tiene que estar haciendo la AFIP. Entre la mediocridad y la cobardía nos llevan paso a paso a continuar con el modelo extractivista agropecuario exportador que impuso la dictadura militar.

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