Empresas artificiales que se facturaban entre sí y gastos hasta en la Polinesia

20/10/2012 | Revista Norte

La «cadena de la felicidad» que enriqueció a los Cirigliano

Se detectaron empresas artificiales que se facturaban entre sí y gastos hasta en Polinesia

A la sombra de los trenes y su abandono hubo, para la Justicia, una «cadena de la felicidad» que fue «más allá de toda avaricia posible».

Su objetivo era «enriquecer de manera ilícita y espuria a una serie de empresas vinculadas entre sí y pergeñadas alrededor de Sergio Claudio Cirigliano, Mario Francisco Cirigliano y el grupo Plaza», afirmó ayer, en su fallo, el juez Claudio Bonadio. En definitiva, sólo se buscaba «maximizar las ganancias personales» de los empresarios, advirtió.

Para eso, se montó un «grupo artificial de empresas» que pertenecían al mismo grupo económico y que se facturaban entre sí millones de pesos por supuestos servicios; un conglomerado «cuya motivación no era otra que hacerse de manera espuria de los recursos económicos» de Trenes de Buenos Aires [TBA], la empresa concesionaria de ferrocarriles, «de modo de presentarla como deficitaria, a fin de continuar con la obtención de subsidios del Estado nacional», dijo Bonadio.

Es decir, fraguaron un déficit para recibir dinero de las arcas públicas y desviarlo a las propias.

El juez advirtió que Cometrans, controlante de TBA, «recibió de la empresa ferroviaria 127.798.900,97 pesos a cambio de un asesoramiento integral que, según se informó ante las órdenes de presentación y allanamiento libradas por el Tribunal, era prestado por Sergio Claudio Cirigliano y otros asesores externos que nunca fueron identificados».

Según el juez, estos desvíos no hubieran sido posibles sin la complicidad de los funcionarios públicos que «no realizaron los controles que en tiempo y forma debían hacer» ni exigieron que se brindara un servicio seguro y, además, «cuando detectaron anormalidades, omitieron accionar en consecuencia».

«Son innumerables las constancias», dice el fallo, de que los funcionarios «tenían cabal conocimiento» de cómo prestaba el servicio TBA.

Bonadio trazó en su resolución una serie de paralelismos entre el destino que TBA dio a los fondos y el que debió haberles dado. Explicó, por ejemplo, que gastó 130.000.000 en concepto de asesoramiento en general y que 17.280.000 le hubiera costado la renovación completa de todos los compresores, «vitales para el frenado de los trenes». También sostuvo que «se gastaban montos similares en pasajes y estadías en el exterior que en herramientas». También advirtió sobre los «gastos suntuosos» de sus directivos.

JOYAS Y FLORES

Con una tarjeta corporativa American Express, emitida a nombre de Marcelo Calderón, TBA pagó, por ejemplo, 50.676,44 pesos en vinoteca Winery y 11.300 pesos en La Orquídea Shop, una exclusiva florería. Calderón fue presidente de TBA y, según su propia declaración, dejó ese cargo cuando asumió como director de Cometrans.

Con otra tarjeta corporativa, ésta a nombre de Claudio Cirigliano, se pagaron 17.981 dólares en joyas y 2544 en carteras en Europa; 10.193 dólares en la Polinesia Francesa, y 14.742 pesos en Winery, Tonel Privado y La Orquídea. Todo se pagó con fondos de TBA, la empresa que, en teoría, sólo subsistía gracias a los aportes estatales.

Quienes más se beneficiaron -según el fallo- con «la detracción del dinero proveniente de los subsidios» fueron los hermanos Cirigliano. Los peritos oficiales advirtieron que entre 2007 y 2010 ellos declararon haber cobrado, sólo en concepto de dividendos de Cometrans, casi cien millones de pesos ($ 92.547.346).

Y Cometrans prácticamente no tenía ingresos que no vinieran de TBA. «Los montos de ingresos por facturación de TBA SA en Cometrans SA se elevan al 95,73% de los ingresos de esta última», sostuvo la perito oficial Lucía Guelfi, citada por Bonadio en su fallo.

Además, no habría fundamento para que Cometrans asesorara a TBA, explicó. Esta empresa y su personal tenían mucha más experiencia en transporte que Cometrans, que nunca tuvo más de 12 empleados y declaraba como objeto social «actividades financieras y de inversión», advierte el fallo.

Todas estas erogaciones por supuestas asesorías, los «gastos suntuosos» y los dividendos para los Cirigliano tuvieron como origen a TBA, que se presentaba como deficitaria y cobró $ 3475 millones del Estado para garantizar un servicio «eficiente y seguro».-

 

Publicado por La Nación

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