La OIT presentó los resultados de un estudio sobre el tratamiento mediático del trabajo forzoso en la prensa gráfica nacional.
El relevamiento, realizado entre mayo de 2017 y abril de 2018, registró 68 notas en 11 diarios y portales de noticias. Además, se dio a conocer una guía con recomendaciones para periodistas para contribuir con una comunicación más eficiente.
El estudio fue presentado en el seminario “¿Qué dicen los medios sobre el trabajo forzoso?”, un encuentro académico encabezado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y el Círculo Argentino de Periodistas Agropecuarios (CAPA), del que participaron más de 150 estudiantes de periodismo y comunicación.
“Más de 40 millones de personas son víctimas de distintas formas de esclavitud moderna en todo el mundo”, dijo Furtado de Oliveira, quien agregó que existe una clara motivación económica detrás de ese delito: “El trabajo forzoso representa ingresos por más de 150 mil millones de dólares anuales, que en el caso de América Latina son 13 mil millones. Es decir que por cada individuo que es forzado a trabajar alguien más embolsa 7.500 dólares de ganancias ilegales en un año”, afirmó el director de la OIT en Argentina, Pedro Américo Furtado de Oliveira. “Estamos convencidos del rol central que tiene la prensa en la construcción de sentido y la visibilización de este problema es un primer paso fundamental para fortalecer las estrategias de prevención y erradicación del trabajo forzoso”, agregó.
En este marco, la OIT se propuso llevar adelante un estudio cuali-cuantitativo para analizar cómo se tratan las noticias referidas al trabajo forzoso y la trata de personas en Argentina. El relevamiento se realizó entre mayo de 2017 y abril de 2018 en los medios gráficos nacionales y portales de noticias de mayor impacto: Clarín, La Nación, Página/12, Ámbito Financiero, El Cronista Comercial, Tiempo Argentino, La Voz del Interior (Córdoba), Los Andes (Mendoza), La Capital (Santa Fe), Infobae y Perfil.
A partir de un listado compuesto por 23 términos de búsqueda y una grilla de análisis con 26 campos, fue posible cubrir una diversidad de aspectos referidos a cada contenido, que permitieron identificar cómo los medios rotulan y categorizan esta problemática, en qué secciones suelen incluirse las noticias sobre trabajo forzoso (“Sociedad” y “Policiales” son las más frecuentes), qué voces y fuentes se utilizan, qué tipo de recursos paratextuales o elementos multimedia acompañan los temas, entre otras variables.
Dentro de los resultados más relevantes, se detectó que casi el 70 por ciento de las 68 notas publicadas en ese período sobre el trabajo forzoso privilegian la noticia como tipo de nota, lo cual sugiere un tratamiento que prioriza contestar preguntas elementales sobre el hecho que describe, pero no realiza un análisis profundo. Además, se pudo determinar que existe una confusión entre los casos de trata de personas y los de trabajo forzoso y que, si bien hay una gran presencia de voces oficiales (en particular, judiciales y policiales), las noticias se caracterizan por una ausencia prácticamente absoluta de las víctimas.
En un segundo momento, el especialista Gustavo Ponce –punto focal de la OIT en trabajo forzoso y trabajo infantil– ofreció un panorama general sobre el marco normativo, el contexto de la Agenda 2030 y las políticas públicas en torno al tema.
“Del Protocolo 2014, relativo al Convenio sobre Trabajo Forzoso –ratificado por Argentina en 2016– surgen diferentes líneas de acción para la protección de las víctimas. Una de las medidas más importantes para prevenir esta situación es brindar educación e información a los grupos más vulnerables. Y, en esta tarea, la prensa tiene un rol fundamental”, dijo Ponce.
Durante su presentación, el especialista repasó la definición del trabajo forzoso y sus elementos característicos: “Es el trabajo que se realiza de manera involuntaria y bajo amenaza de pena”, explicó, además de señalar que “a menudo las personas se ven forzadas a trabajar mediante el uso de la violencia y la intimidación, ya sea física o sexual”. En esa línea, Ponce listó algunos indicadores para identificar el trabajo forzoso, entre ellos: engaño, manipulación, retención de documentos y salarios, limitación de la libertad de movimiento, aislamiento, jornadas laborales excesivas, servidumbre por deudas, entre otros.
La periodista Mariana Iglesias sostuvo que“hubo muchos avances en los últimos diez años en materia de la visibilización de esta temática”, aunque señaló que aún queda mucho camino por recorrer: “Si el problema ya era difícil de ver en los talleres textiles, es aún más complejo mostrarlo en los campos. Hoy, las víctimas tienen la tranquera abierta y documentos”.
Por otra parte, Iglesias destacó uno de los datos revelados por el estudio, referido a que casi el 70 por ciento de los contenidos tiene formato de noticia. “Necesitamos pasar de la cobertura del allanamiento a hablar sobre los derechos y lograr empatía con las víctimas”. En esa línea, los periodistas coincidieron en la necesidad de preguntarse qué hay detrás de los allanamientos y buscar profundizar en la investigación de esos temas. Todos acordaron que la palabra de las víctimas es un elemento ausente en las notas.
El Trabajo forzoso en números
Fuente: Mundo Gremial