Las incongruencias del gobernador Urtubey

09/04/2017 | Revista Norte

Antes, ferviente admirador del ex-Presidente Nestor Carlos Kirchner, devino en constante defensor y fiel servidor de la también ex-Presidenta Cristina Elizabet Fernandez de Kirchner. Hoy se `cambió´ para el macrismo.

Por Nolverto Guerra 
Siempre atento a estar a la altura de sus pretensiones, idolatraba a su Jefa y acompañaba en todas sus determinaciones. Esa entrega luego Urtubey la  volcó al ex-Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Daniel Scioli cuando éste resultó candidato a Presidente de la República por decisión unipersonal de Cristina. Por esos tiempos,Juan Manuel Urtubey ya habia expresado que «algún día» también él sería candidato a Presidente de la República. Conocidas eran por entonces sus ansias por colocarse en la vidriera nacional: Canciller, Jefe de Gabinete, Embajador, eran los cargos a los que «ya» asumía. Nada de eso se le dió. Sus compañeros comenzaron a darle la espalda.
Conocidos los resultados que imponían una segunda vuelta entre el candidato del peronismo-kirchnerismo  Daniel Scioli y el candidato de Cambiemos Mauricio Macri, Urtubey comenzó a tomar distancia de su  colega Gobernador.  No puso ningún empeño en comprometer su esfuerzo para ayudar a Scioli, que ya tenía su suerte echada ya que ni la misma Presidenta que lo había nominado era consecuente con «su» candidato. El Gobernador salteño  comenzó a responsabilizar a la todavía Presidenta por la «mala» elección del candidato. Quizá Urtubey se consideraba debía haber sido él el candidato presidencial por las huestes peronianas.
Derrotado que fuera Daniel Scioli por Mauricio Macri en la segunda vuelta, comenzaron a ventilarse sucios manejos de dineros públicos por el gobierno de Cristina Fernandez. La oposición política y la Justicia, que despertaba de un largo letargo, se animaban a denunciar -a cuenta gotas- los desmanejos de los inquilinos de Balcarce 50 en retirada. Cristina, de lider absoluta de la «decada ganada» pasó a ser la cabeza visible de una horda de filibusteros.
Juan Manuel Urtubey, de leal servidor, acerrimo defensor e incondicional repicador del «relato», se encajó el papel de cruel denunciador.:  «el que esté al márgen de la ley, preso debe estar» Pocas semanas le tomó, por no decir horas, desconocer su anterior pertenencia e identificación con «su» gobierno y relato para mostrarse como «de otra era». Y se calzó el traje del «yo no fuí»y se alejó del gobierno en retirada.
Quiso ponerse a kilómetros de distancia. Con tenacidad quería convencer que nada lo rozaba. Sus íntimos se sonrojaban al ver tanta «flexibilidad» por sacarse el mote de  cristinista que sus opositores provincianos le endilgaban. Cuánto más lejos mejor, le aconsejaban sus íntimos.
Aprovechando la debilidad de Cristina y el ostracismo de Scioli, Urtubey apretó el acelerador en su necesidad por ganar terreno para afianzar su candidatura a Presidente para el 2019. Es decir, notificaba al ganador del ballotaje que él sería su próximo contendiente.
En el Estado provincial que debía administrar bien, encontró su más estrecho aliado: el Leard Jet supersónico. Miles de horas de vuelo insumía exhibiéndose Urtubey como el próximo presidencialista. Sus obedientes y presupuestíboros «che, pibes»  mostraban a Juan Manuel Urtubey como «el representante de 17 gobernadores» o como «vocero» de una nueva corriente dirigencial. Si hasta recorría el País firmando compromisos con gobernadores amigos para implantar el servicio de Boleta Electrónica en sus provincias. Si parecía oficiar  de preventista de la firma MSA que brindaba el servicio electoral en Salta. Con ello, hasta a Mauricio Macrí convenció a que enviara al Congreso el proyecto de Boleta electrónica. Fracaso rotundo, todos los senadores de las provincias «amigas» de Urtubey votaron en contra ridiculizando a Macri. Urtubey, conocedor del revés legislativo, ni siquiera atinó acompañar al Ejecutivo nacional en este intento: optó por quedarse en Salta.
Y en la Cámara de Diputados de la Nación la oposición al nuevo Presidente presentó un proyecto de  Ley de Ganancias que enojó a Macri. Todos los diputados nacionales de Urtubey votaron en favor de esta veloz ley. Sorpresa inmensa en Casa Rosada: el que se decía ahora nuevo leal aliado asestaba un feroz revés al novel Ejecutivo Nacional. El Senado puso el límite justo: rechazó este enojoso proyecto. Y Urtubey aprovechó para mostrarse solícito ante Macri y colaborar en la sanción de un nuevo proyecto de ley de ganancias.
Todos estos avatares llevaron a Urtubey a abandonar y descuidar a Provincia. La falta de gestión desnudaba un ficticio liderazgo. Ninguno de los diez ministros, más otros tantos sin cartera  que cobran como tales, tienen la solvencia ni anuencia para tomar determinaciones importantes: pura hojarasca. Tampoco tienen compromiso militante. No saben ni del escudo ni de la marchita. Y se dicen ser de «un gobierno peronista». Los símbolos no nos hacen eficientes ni grandes, Sí  comprometidos. Ni la sede del PJ conocen. Son tecnocratas que construyen su propio «relato». No hay colaborador más dañino que aquel que es incapaz en observar un error al Jefe.  Es imposible manejar una provincia a control remoto.
Y la gente, en especial la gente que luchó por hacer a Juan Manuel Urtubey Gobernador, percibe esa orfandad y sufre. Es que cuando hay desgobierno el primer perjudicado es el que más necesita. Ningún programa hecho sin corazón puede enamorar.
EL PERONISMO POR DENTRO Y EL FRENTE URTUBEYCISTA:
Nada queda en Salta del Peronismo de la pasión. Del empuje. Del orgullo militante. Las múltiples derrotas en Salta Capital sonrojan a los que guardan en un rincón de sus corazones las nostalgias por Perón y Eva Perón. Es que nunca se promueve una autocrítica. Un análisis. Un mea culpa.
Nunca una convocatoria abierta para escuchar a los compañeros. El Partido solo es un sello electoral. No se estimula la sana lucha interna.
Responsables directos son Juan Manuel Urtubey como Presidente del Consejo Provincial y Manuel Santiago Godoy como Presidente de la Comisión de Acción Política del Partido Justicialista. Solo por ellos pasa la vida del Partido. O la muerte del Partido.
Se ahogó la democracia interna. La confluencia «frentista» fagocitó al peronismo y a sus partidos aliados. Solo los une el favor presupuestario. De la soberbia «el que se quiera ir que se vaya» se pasó al «si es necesario abrir las puertas del P.J.  para que vuelvan los que se fueron, las abrimos» (Godoy)
Del «Juan Carlos Romero hizo mucho daño a la Provincia» se pasó a «Romero es un gran e inteligente conductor» (Godoy)
De  «Gustavo Saenz es un improvisado y no sabe gobernar» se pasó a «Gustavo es la nueva esperanza del peronismo» (Godoy)
Todo esto porque desesperadamente se quiere mantener y agrandar» el Frente»: es que la imagen «negativa»del urtubeycismo supera los 70 puntos. Y hay que salvar la ropa.
Debemos decir que el Frente Urtubeycista , a como venía, está garantizado. Los dos únicos que podrían ser díscolos y emigrar, ya sucumbieron en el mentido intento. Sergio Napoleón Leavy, en su unicato como Presidente del Partido de la Victoria, el sábado pasado recibió, en su amado Tartagal, la visita del Gobernador Urtubey. Don Leavy se había ido de boca expresando que quería emigrar del Frente, cansado de juntar votos para otro. Leavy descargó su impotencia en el supuesto maltrato de los ministros provinciales.  Dos largas horas hablaron a solas. Urtubey, cansado y molesto cerro la charla: «Osito querido, vos eres el gordito bueno del Frente. Por ultima vez, te invito a seguir acompañándome. Vos decides»  Mostrándose generoso Urtubey invitó a Leavy para encontrarse el Jueves en Salta y solucionar cosas. Puntual fue el Intendente norteño. Chocho de la vida volvió a jurar lealtad. Atrás quedó la foto con Maximo y el Cuervo Larroque. Pudo más la apretada de José, el hermano del Jefe. Aunque caiga la cabeza del Toni Vilariño.
El otro personaje que amenazaba, por lo bajo, cortarse solo, también volvió a jurar lealtad. Es que el ahora Senador, ex- Vice-Gobernador Andrés Zottos tiene millones de «seguros» argumentos para no poder emigrar. Solía decir: Fiore solo me arrebató el sello del PRS. Todos los militantes son míos» Se impuso el estado de pertenencia.
Los otros «frentistas» no implican peligro. Son demasiado leales. Además no tienen «vento» para aislarse.
Aun así, Juan Manuel Urtubey sabe no le alcanza para coronar sus aspiraciones. Imperiosamente necesita de Juan Carlos Romero y Gustavo Saenz.  Por eso mandó a Godoy a cantarles loas. Ahora son buenos muchachos. Pero tanto Romero como Saenz saben que aún uniéndose a Urtubey nunca podrán ungir tres diputados nacionales. A lo sumo llegarán a dos.
Romero y Saenz juntos pueden «meter» esos dos diputados, con lo cual condenarían a Urtubey a lidiar con el P:O: ú Olmedo por el restante.
Y EL SENADOR NACIONAL Y EL INTENDENTE SEPULTARIAN LAS ANSIAS PRESIDENCIALISTAS DE JUAN MANUEL URTUBEY…FALTA CINTURA, DIRAN MUCHOS. O EL PACTO SERA MAS FUERTE?

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