«Lo único que permitiría conocer los niveles de desnutrición son los datos que recogen los Agentes Sanitarios»

Según datos que figuran en el Anuario Estadístico de la Provincia de Salta, de los 1.922 niños de 0 a 5 años con déficit nutricional existentes, 855 se encuentran en la zona sanitaria norte. Esta comprende, entre otras áreas, a Colonia Santa Rosa y Morillo, donde vivían Alan Villena y Marcos Solís, los chicos que murieron recientemente por desnutrición. Además, los casos del norte duplican los 405 de la capital salteña (22%). Completan el total las zonas oeste (16%) y sur (18%). Consultado al respecto, Jorge Paz, presidente del Instituto de Estudios Laborales y Desarrollo Económico de la UNSa (Ielde), apuntó que en diciembre de 2014 desde el Instituto habían publicado el estudio «Pobreza infantil en el Noroeste Argentino y Salta», donde alertaban que la población infantil -y particularmente los niños aborígenes- se halla en condiciones de extrema vulnerabilidad social. «Me parece más grave que se hayan sabido estos hechos que se están desencadenando ahora y traen problemas tan graves como la muerte a que sucedan solamente», expresó. Al tiempo evaluó: «Estas muertes son lógicas si hablamos de gente que carece de vivienda y saneamiento básico, principalmente el agua. En Rivadavia hay un 65% de pobreza infantil, bastante más de la mitad, o sea, hay más chicos pobres que no pobres, en situación de alta vulnerabilidad, y si miramos las cifras en el tramo urbano de Salta, hay 400 mil chicos pobres versus 220 mil no pobres, según la información recabada por nosotros durante el segundo trimestre de 2014».

Amplió: «La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó otro trabajo en el que se mostraba que la mortalidad infantil en la población aborigen alcanzaba niveles africanos como los de Guinea-Bissau, que estaba por encima del 120/1.000, ante una tasa de mortalidad infantil en la provincia que está en el 15/1.000. Estamos hablando de una diferencia astronómica».

La aplicación de otros enfoques permitiría reforzar el diseño de políticas públicas, sobre todo si la pobreza persiste como un fenómeno estructural en el norte de la provincia. Sin embargo, quienes quieren contribuir a un proyecto integral para superar la desigualdad socioeconómica muchas veces se encuentran con que los datos oficiales no están disponibles. Así, Paz apunta: «Desde el Ielde no podemos ver el tema desnutrición. Nuestro único acceso sería que se difundan los datos que recoge Atención Primaria de la Salud, es decir, las planillas que llevan los agentes sanitarios. Es lo único que nos permitiría conocer a ciencia cierta los niveles de desnutrición en el interior y lugares alejados de centros urbanos y datos actualizados porque los agentes están yendo continuamente a los hogares y hacen un seguimiento continuo».-