Los empresarios del desmonte

30/09/2014 | Revista Norte

mauricio

 

Greenpeace difundió en mayo pasado un listado de empresarios vinculados a la violación de la Ley de Bosques. En el informe “Desmontes S.A. La responsabilidad empresaria y gubernamental”, apunta a Franco y Mauricio Macri, Alejandro Braun Peña, Pablo Clusellas (Macri Group, Socma, Chery Argentina, Pago Fácil), Aldo Navilli (Molino Cañuelas, Vitamina), Alejandro Roggio (Grupo Roggio, Metrovías, Cliba), João Pereira Coutinho (Volkswagen Portugal), Bruno Varela Marín (productor ganadero uruguayo), Martín Laplacette (director de la filial local del grupo brasileño André Maggi), Andrés von Buch (directivo de la Cámara de Industria y Comercio Argentino Alemana) y Arnaldo Hasenclever (director de la filial local de Grant Thornton International). Son sólo algunos de los empresario nacionales y extranjeros que avanzan sobre tierras campesinas e indígenas.

Una de las empresas más cuestionada fue Molino Cañuelas (propiedad de Aldo Adriano Navilli y sus hijos), fabricantes de los conocidos “Bizcochos 9 de Oro”. Propietaria de la estancia “El Carmen”, que pretende desmontar 6000 hectáreas de monte salteño en cercanías de la ciudad de Embarcación. La empresa exporta harina de trigo, elabora y comercializa aceites, y forma parte del mismo grupo empresario que controla las empresas de marca de ropa Vitamina y Uma.

En la finca El Yuto, de 20 mil hectáreas en el departamento San Martín, fue clasificada como Categoría II (amarillo), pero el administrador pidió el desmonte de 8163 hectáreas para explotación agrícola. Es propiedad de Franco Macri y sus hijos (entre ellos, el Jefe de Gobierno porteño) y serán afectadas las comunidades indígenas La Chirola, La Corzuela, Algarrobito, Asamblea de Dios, Las Llanas, La Mina y El Campamento.

Alejandro Roggio (uno de los principales accionistas del Grupo Roggio, contratista del Estado en construcciones, higiene urbana y transporte) es propietario de la finca La Maravilla. Logró autorización para desmontar 1423 hectáreas.

Modelo

El principal motivo del desmonte es el avance del modelo transgénico (principalmente soja). En el 2000, en Salta existían 210 mil hectáreas con soja. La última campaña fue de 600 mil hectáreas. Con el maíz transgénico pasó algo similar: 61 mil hectáreas en el 2000. En 2013 abarcó 162 mil hectáreas. A medida que retrocede el monte, avanza el agronegocios.

Otro factor de peso es el corrimiento de la frontera ganadera, expulsada (también por la soja) de las tierras que ocupaba, avanza sobre tierras campesinas, indígenas, de monte nativo.

Según estadísticas del Sistema Integrado de Información Agropecuaria (SIIA, del Ministerio de Agricultura de la Nación), en el 2000 había en Salta 420 mil cabezas de ganado bovino. En 2010 (última estadística disponible) llegaba a un millón de cabezas.

El gobierno de Salta anunció en 2013 que planea cuadruplicar el stock ganadero para 2030. Lo que implica avanzar sobre nuevas tierras.

En Gobierno Nacional, junto a provincias y empresas, impulsa el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), que aspira a aumentar la producción granaria un 60 por ciento para 2020 (pasar de las 100 millones de toneladas actuales a 160 millones de toneladas). El mismo texto del PEA explicita un 27 por ciento de aumento del área sembrada (pasar de 32 millones de hectáreas a 41 millones). Se profundizará el avance sobre la zona el norte argentino.

Directa relación con el modelo impulsado es lo difundido en marzo pasado en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, donde participan más de 300 científicos de todo el mundo): el 4,3 por ciento de la deforestación global ocurre en Argentina.

 

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