Los funcionarios de Urtubey no quieren hablar de desnutrición y buscan culpables

30/01/2015 | Revista Norte
Marcos Solis, ya fallecido, evidencia su pancita sumamente inflamada y sus huesitos del torax marcados en la piel por desnutrición

Marcos Solis, ya fallecido, evidencia su pancita sumamente inflamada y sus huesitos del torax marcados en la piel por desnutrición

El Gobierno todavía evita hablar de desnutrición

Los padres todavía tienen dudas de lo que pasó con el pequeño de Morillo. «Me entregaron el cuerpito con una cicatriz en el pecho», dijo su papá Santiago.

Pasaron diez días de la muerte de Marcos Solís y el repaso y revisión de su diagnóstico y tratamiento aún puede generar cuestionamientos al papel que desempeñaron las instituciones y profesionales que lo asistieron. Las fotos hablaron más que los datos, pero como si no bastara lo evidente, el doctor Abel Albino, Presidente de la Fundación Conin, le confirmó a El Tribuno que por la relación entre la edad y el peso, Marcos Solís, padecía de desnutrición en grado 2 a 3. Sin embargo, desde el Gobierno provincial se escucharon todo tipo de nombres de enfermedades, menos una: desnutrición.
Según le dijo a El Tribuno la secretaria de Alimentación y Nutrición Saludablede la Provincia, Cristina Lobo, el equipo técnico del Centro de Recuperacióndebía citar al niño para realizarle un estudio y volverlo a examinar. Pero al irse, la responsabilidad de su control nutricional, era del agente sanitario de Morillo. La funcionaria, quien negó que Marcos hubiera muerto por desnutrición agregó: «Lamentablemente, entre signos de pregunta quedó de hacérsele una biopsia intestinal porque a los cuatro meses comienza con cuadros de diarrea. Son estos casos de patologías secundarias que los lleva a la desnutrición, pero gracias a Dios fue recuperado, asistido acá y devuelto al área operativa. Se le debía hacer una biopsia para descartar cualquier patología». Justamente de esta patología habló el secretario de la Primera Infancia, Carlos Abeleira: «Nos informó el Ministerio de Salud que posiblemente tenía una patología de base, un megacolon congénito que le producía los vómitos y la diarrea. Se lo envió a su lugar de origen con un estudio importante pendiente…».
¿Bajo qué tipo de cuidados estuvo internado (moderados o graves) Marcos Solís en Salta Capital? ¿Cómo fue su evolución? ¿Por qué se decidió su egreso? ¿Con qué indicaciones hacia el hospital de su zona de origen? ¿Y por qué se le dio el alta si tenía una recomendación de una biopsia intestinal para detectar una patología de base? Si la causa de muerte fue el megacolon congénito, como declaró Gladys Pernas ¿con la derivación se achicaron las posibilidades de vida de Marcos?
Lo que se sabe es que cambiaron la forma de medir las estadísticas de desnutrición, que no se publican, al menos desde abril 2013. Una agente sanitario consultado por este medio explicó con sencillez en que consiste ese polémico esfuerzo por cambiar las formas de medición de la desnutrición: «El Gobierno cambió los formularios F1 y F2 (para medir la desnutrición infantil) por otros que vienen -según dicen- desde la OMS (organización Mundial de la Salud) y la decisión nos resultó extraña. Por ejemplo, de tener 23 niños catalogados con déficit nutricional leve, moderado o grave, pasé a evaluar solo uno con peso riesgoso o inadecuado», dijo una agente sanitario.

Los padres tienen dudas
Reconstruyen el camino de la muerte del bebé wichi de Morillo. La jefa del Centro de Recuperación Nutricional e Investigación Clínica de las Enfermedades de la Infancia, Gladys Pernas, salió a recorrer el camino que realizó el bebé de casi dos años antes de fallecer.
Sucede que los papás de Marcos tienen serias dudas, porque cuando lo internaron en el hospital de Morillo su bebé tomaba leche y agua por vía oral. Luego fue derivado a Embarcación y finalmente falleció tras ser hospitalizado en el San Vicente de Paul, de Orán.
«Me entregaron su cuerpito con una enorme cicatriz en el centro del pecho», dijo su papá Santiago totalmente quebrado. Los padres fueron a buscar a Pernas el hospital de Morillo, pero la profesional ya había salido rumbo a Embarcación a relevar los datos oficiales sobre el camino de la muerte del bebé wichi, quien según el diagnóstico oficial falleció por un «megacolon congénito».
Ahora bien, para Pernas, los procedimientos realizados tanto por los profesionales de la salud en Morillo como en Embarcación fueron los correctos.
Son números, carpetas y datos que se registran sobre las actuaciones realizadas al paciente.
Hasta ahora, no es recomendable realizar hipótesis sin fundamentos, pero hay cuestiones que no cierran.
Un referente en el tratamiento por desnutrición, deshidratación y sus consecuencias es Enrique Finotti, quien acompaña a Pernas en su recorrido por el monte chaqueño. El especialista dijo: «No tiene por qué haber una cicatriz en el pecho por el cuadro que presentaba Marcos». Esto quiere decir que por la deshidratación o por la diarrea del bebé no tiene que haber cirugía alguna en su pecho. Después, los especialistas, aclarando que aún no vieron las fotografías del cuerpo, dijeron que esa cicatriz es típica de una autopsia. Solo que a esa práctica la autoriza un juez, que además no se hace de un día para el otro y justo hay feria judicial. Por más que todos sean prudentes las especulaciones brotan.-

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