Los Millones de Uurtubey nunca salvan una vida wichí

11/11/2016 | Revista Norte
Juan Manuel Urtubey es corrupto, apaña la corrupción, o es impoluto?

Juan Manuel Urtubey es corrupto, apaña la corrupción, o es impoluto?

Siete meses tenía Rocio Anabel. Para vivir no necesitaba millones, solo leche.

Otra vez la desnutrición `pijoteramente´  quiere ser disfrazada de deshidratación por los más altos funcionarios del gobierno salteño.

Sea como fuere, la hambruna la mató. La ineptitud oficial arrebató la vida de esta bebé salteña nuevamente en la zona más pobre del País.

Repugnan y asquean las justificaciones mentirosas de los responsables. Ante el primer micrófono sacan a relucir los «millones» de pesos que el Gobierno de Juan Manuel Urtubey destina a la zona, pero no dicen que casi el 80% se esfuma en la burocracia. Para ellos primero está «la alfombra roja» de sus despachos antes que la atención a los pobres.

Humildes son y humildes morirán, parece ser la premisa. Total: Rocio Anabel es, para el Gobierno de Salta, solo una víctima más de las 11 que estimó en su cálculo el Secretario de Salud Pública Francisco Marinaro Rodó el día en que asumió a este nuevo cargo hace 1 mes. Hoy este Angelito Wichí es nada más que un número en la sangrienta lista de desposeídos.

De los NN es uno más en la larga lista de niñitos que dolientemente reflejan el drama de la falta de comida. Rostros cadavéricos que pocos funcionarios se esfuerzan por rescatar. Cuerpitos piel y hueso cuyas fotos nos erizan la piel.

Nos duele aceptar que son producto de la falta de planificación y honesta dedicación.

«Es un problema cultural» dirá con frialdad absoluta la primer autoridad de la provincia cuando no alcance a esquivar una cámara o micrófono. Si hasta los responsabilizan de no hablar español. Los condenan por preservar sus lenguas nativas. Seguro, en los medios de prensa, dirán que esta beba murió porque sus padres confiaban en el curandero. El curandero existe cuando la ciencia está ausente. El curandero, en esas lejanías, es el sustituto a la ausencia del Estado. El problema «cultural» es del mandatario.

El Jefe de Gabinete Carlos Parodi expresó que más de Un Millón de Dólares iban invirtiendo en ese desolado Chaco salteño. El mismo Juan Manuel Urtubey sostiene que en el Presupuesto, 14 veces más se destinan a los pueblos originarios. Pero ocurrió de nuevo porque la familia de Rocío comparte el agua que toman con los animales.

Nueve años en el Gobierno lleva esta Administración y la de los wichí sigue siendo la zona más pobre. El agua se les mezquina… el agua y ahora también la leche. Este año disminuyó por tres la ración de leche que se les entrega a los niños «bajo peso».

No importa que sea un derecho universal. En esa zona agreste carente de todo, parecería, se instaló un holocausto. Acá cabe una sola pregunta: Por qué todo el aparato del Gobierno no logra parar esta cacería humana? Tan ineptos son? Tan desalmados?

En San Patricio no había ni una ambulancia. El papá de Rocio, en su pequeña y destartalada moto, pudo acercarla hasta Los Blancos. Recién allí inició en ambulancia un derrotero frustrado. Ese angelito de ojos hundidos y pancita gorda, desplegó sus alas y viajó hacia el Cielo. Aquel sendero polvoriento aceleró su partida. No pudo llegar hasta Morillo, donde había un médico. Sus semejantes no supieron contenerla. Y otra vez una familia wichí destruída. También tienen corazón. También saben llorar. La impotencia les golpea sus curtidos rostros.

Rocio Anabel trocó en sainete la misión oficial que días pasados viajó a la zona. Tres Ministros y varios Secretarios llevaron a 7 periodistas para mostrarles los «avances de la acción de Gobierno». Los responsables de las carteras de Primera Infancia, Carlos Abeleira, de Salud Pública, Roque Mascarello, y de Asuntos Indígenas, Gómez Almaráz, sintieron incomodidad cuando las miradas de los hombres de prensa preguntaban ¿para eso nos trajeron? Uno que otro ladrillo no lograba ocultar las miserias, el desamparo y el abandono que afloraba en derredor. Chozas de ramas, cartón y bambú eran un mudo y elocuente reclamo. Mostraban toda la crueldad de la pobreza.

Algún día vendrá un médico a mi pueblo, recita el dolido cacique. Algún día, quizá, nuestros niños sean noticia por sonreir, no por llorar. Que ser Wichí no sea un calvario, sino una esperanza.-

 

Nolverto Domingo Guerra Dirigente del PJ / Revista Norte

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