Más salteños pierden el interés o la esperanza de conseguir un trabajo

05/08/2012 | Revista Norte

 

ALGUNOS ESTUDIAN Y OTROS SE RETIRARON DE LA ACTIVIDAD. UNOS 10 MIL CAPITALINOS DECIDIERON CRUZAR LOS BRAZOS

 En los primeros meses se redujeron cuatro mil puestos en la Capital. Sin embargo, bajó la cantidad de desempleados. Ante el enfriamiento económico, caen las expectativas laborales. Desalientan los salarios pobres y la precariedad.

Trabajar o no, esa es la cuestión. ¿Por cuánto dinero? ¿Cuántas horas? ¿De qué? Los interrogantes giran entre aquellos que no están en el mercado laboral. Las últimas estadísticas describen que en la capital salteña este año hay cuatro mil empleos menos; además, más personas perdieron el interés o las expectativas de encontrar un puesto. Como no buscan, pasaron de la categoría de desempleados a la de inactivos.

El dato tiene una doble cara, positiva y negativa: varios optaron por estudiar, por un retiro voluntario anticipado a la jubilación, por volver a ser amas de casa, o quisieron cruzar los brazos.

Otros miles de salteños ven que en sus pueblos no hay posibilidades ni de agarrar una “changa”.

En el primer trimestre del año, un período muy perturbado por el enfriamiento económico del país, cayó la población ocupada en la ciudad de Salta un 1,9% con respecto al mismo período de 2011. Y eso no es todo: se contaron 2 mil desempleados menos. Los datos surgen del Instituto Laboral y del Desarrollo Económico de Salta (Ielde), en base a la Encuesta Permanente de Hogares.

Mano de obra disponible

“¿Qué espera uno que suceda con el desempleo si el empleo aumenta? Obviamente, lo lógico sería que se reduzca. Esto es lo que pasó en la Argentina y en Salta en los últimos años, aunque no siempre”, explicó Jorge Paz, director del Ielde.

Los salteños atraviesan ahora una contracción de la mano de obra en ejercicio, pero sin una suba brusca en la cantidad de desempleados. “¿Cómo se interpreta esto?, acotó Paz.

“Puede obedecer al retiro de los jóvenes y/o de personas adultas del mercado de trabajo, tanto como ocupados y como buscadores de empleo (desocupados). Suele ocurrir que cuando la economía se enfría y el empleo disminuye, merman también las expectativas por conseguir empleo. Entonces la gente deja de buscar trabajo”, afirmó el economista salteño.

Los subsidios nacionales son una ayuda para miles de familias, que al menos cuentan con unos pesos al mes para alimentar a sus hijos.

Sin embargo, los sindicalistas miran con cierto recelo a esa política nacional. Reconocen que es un paliativo, pero dicen que muchos prefieren quedarse solo con ese ingreso sin buscar otra salida.

Por otra parte, los gremios de la provincia sostienen que la precariedad laboral, el trabajo informal, el incumplimiento de las leyes, los salarios migajas y la explotación laboral desmotivan.

La situación de las localidades del interior también es analizada como un punto especial. Los sindicalistas coinciden en que los pueblos y ciudades distribuidos en la geografía salteña tienen una baja actividad industrial (en algunos casos inexistente) y comercial, por lo que no ofrecen un horizonte promisorio.

Los pueblos quedan marginados hasta en las estadísticas ya que las mediciones oficiales se concentran en los centros urbanos del país.

¿Quienes no trabajan?

Cerca de 9 mil salteños (6% de los inactivos) no salen a golpear puertas por trabajo pese a que no estudian ni hacen tareas domésticas ni tienen limitaciones físicas.

Ser parte de la población inactiva no es sinónimo de vagancia. En la capital salteña la mayoría (39,6%) son estudiantes. Paz destacó que Salta, al tener una población más joven, la importancia del estudiantado, se supone de tiempo completo, es más fuerte que en el total nacional (26,8%) y que en el NOA (36,5%).

Los jóvenes que se vuelcan a los terciarios y a las universidades tienen mejores perspectiva para su futuro. Como mano de obra calificada, podrán exigir salarios más altos y otras condiciones de trabajo, un hecho que es reconocido mundialmente y acentuó el valor del estudio en las últimas décadas.

Desde el Ielde recordaron el mapa poblacional de Salta: hasta el año pasado, los jubilados representaban el 28,1% de la población inactiva salteña; las amas de casa 23,8%; y las personas con discapacidad, 2,1%.

 

Posturas de diferentes sectores

“Bajaría la inseguridad”

Jorge Guaymás, titular de la CGT salteña y líder de Camioneros, cuestionó “la política de conformismo que transfiere el Gobierno nacional”. “En el verdadero peronismo se hablaba de justicia social, había que sacarle al que más tiene para darle a los pobres. Ahora hablan de inclusión social y aplican el impuesto al trabajo. Y quieren cooperativas de trabajo manejadas políticamente por la Cámpora”, apuntó. Guaymás preguntó: “¿Cuántas personas están sumergidas en la delincuencia porque no tienen trabajo. Aclaro que no justifico al que delinque. Es necesario analizar la causa de fondo. Si más del 90% de la población estuviese ocupada, con un trabajo digno, los niveles de inseguridad serían más bajos”.
El sindicalista criticó al Gobierno provincial y las municipalidades por la cantidad de empleos precarios y salarios bajos que mantienen.
“No trabajan por los subsidios”

Pedro Brandán, secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), no dudó en cuestionar: “La gente prefiere dejar de trabajar por los planes sociales, como la asignación universal por hijo. En el norte provincial, hay un montón de casos”. El sindicalista remarcó el desinterés de los peones y de otros trabajadores rurales en “pasar a ser empleados en blanco”. El desencadenaste, según Brandán, se vio, por ejemplo, en la falta de mano de obra en el poroto. En el campo, señaló, “hay contratistas que traen indocumentados de Bolivia. Y en los operativos que realizan las autoridades, los esconden o los sacan del lugar”.
Brandán admitió que otras fincas avanzaron en mejoras laborales y formalizaron la relación contractual con los obreros, permitiendo que accedan a una cobertura social.

“Turismo despierta menos interés”

Marcos Alfaro, presidente de la Asociación de Guías de Turismo, dijo que cada vez es menos alentador para las personas trabajar en el rubro. Los motivos: “No se aplican leyes que garanticen buenas condiciones laborales, la mayoría cobra en negro y los salarios son bajos”. “Cada vez hay menos guías trabajando. Las agencias recurren a contratos precarios o ponen un televisor LCD con parlantes para que explique las características de los circuitos a los visitantes. Hasta uno se cansa de ver colectivos sin guías”, describió.
Según Alfaro, el país carece de una legislación que ponga en claro las reglas de juego para los empresarios. “Muchas personas que pasaron por terciarios o universidades se cansaron de buscar un puesto laboral y descartaron seguir en el rubro”, se lamentó.

“Se deben cumplir las leyes laborales”

Ante el enfriamiento es necesario convocar a todos los sectores a un Consejo económico y social, dijo Carlos Rodas, secretario general de la Asociación Bancaria. “La Nación debe dejar el autismo”. Rodas dijo que el PBI creció constantemente, pero no sucedió lo mismo con el trabajo formal. “Hasta aumentó el empleo en negro”. A los planes sociales, sostuvo, “si los largan a mansalva hay más especulación en función del trabajo. Ese dinero podría ir a las pymes, que son las generadoras de empleo. La asignación ayuda, pero hay gente que se queda conforme”. “Hay empresas donde se trabaja más horas, se ve acoso laboral, amenazas de despido y muchos retiros voluntarios por cansancio”, lamentó. Para Rodas, la Provincia tiene que hacer cumplir las leyes del trabajo. “En el interior se profundiza la precariedad laboral”.

 

 Publicado por El Tribuno

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