¿Quién creería que a un país al que le ‘sobra’ democracia, le falta Justicia?

24/08/2012 | Revista Norte

21 años de prisión por 77 asesinatos ponen en duda la ‘persecución’ a Assange

WIKILEAKS FRENTE A LA MASACRE DE OSLO
¿Quién creería que a un país al que le ‘sobra’ democracia, le falta Justicia? La situación del fundador de Wikileaks, Julian Assange, harto conocida, vuelve a generar la duda sobre las intenciones de Suecia, que busca apresarlo por mantener sexo sin preservativo, mientras que al sueco ultraderechista Anders Behring Breivik se le permite una condena de solo 21 años por asesinar a 77 personas, en la conocida Masacre de Oslo, según consideró un tribunal de Noruega.

Durante las últimas décadas, Suecia y su modelo político han tenido fama de ser la forma más avanzada de democracia social. Fama que Suecia ha sabido aprovechar para granjearse internacionalmente en varias áreas. Sin embargo, la Justicia de ese país está dejando mucho qué desear.

Hoy, es noticia por el caso del fundador de Wikileaks, Julian Assange’, que es «perseguido» por Londres para entregarlo a la justicia de ese país que lo ubica como sospechoso de abuso sexual por tener sexo sin protección, una falta considerada gravísima por los suecos. Eso sí, según argumentan ello no tiene nada que ver con los miles de cables secretos publicados por el sitio mencionado a partir el año 2010, cables que mostraron a millones de ciudadanos las políticas más polémicas y ocultas de sus Gobiernos y sobre todo de USA.

Anna Ardin y Sofia Wilen son los nombres de las mujeres que han logrado atrapar al hombre con el que ni siquiera USA pudo.  Ambas hacían el amor con el australiano y, según denuncia WikiLeaks, lo hacían con mucho gusto.  Aunque poco tiempo después decidieran que él abusó de ellas.  De hecho Julian Assange no ha sido ni sentenciado, ni siquiera acusado formalmente. Lo único para que Suecia exigiera su deportación fue entrevistarlo para seguir con el proceso penal.
Luego, la violación de la ley de la fianza y otras infracciones formales como una bola de nieve llevaron a que el destino del periodista e informático está pendiente de un hilo.
De esta manera, sin razones políticas que lo sostengan, el hombre que tuvo sexo sin protección acaba en la misma lista de la Interpol en la que figuran narcobarones mexicanos y otros delincuentes.
Y no sólo eso. Refugiado, desde la embajada ecuatoriana en Londres debe observar cómo se permite que un tribunal de Noruega le otorgue al extremista sueco Anders Behring Breivik, apenas 21 años de cárcel por asesinar a 77 personas en julio de 2011, en la conocida como «Masacre de Oslo».
Breivik fue sentenciado a una pena de custodia de un máximo de 21 años y un mínimo de 10 años, explicó la juez principal Wenche Elizabeth Arntzen, quien aclaró que el veredicto es unánime.
Desafiante, Breivik, que inicialmente había dicho que sólo recurriría en caso de ser declarado un enfermo mental y condenado a tratamiento psiquiátrico forzoso, recibió la lectura del veredicto con una sonrisa.
La pena para el hombre que hizo estallar una furgoneta bomba el 22 de julio de 2011 en el complejo gubernamental de Oslo, provocando la muerte de 8 personas, y luego se trasladó en coche a la isla de Utoya, al oeste de la capital, donde cometió una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas, en la que murieron 69 personas, será cumplida en un centro de máxima seguridad en el penal de Ila, al oeste de Oslo, donde permanece en prisión preventiva desde hace un año.
Arntzen resaltó que las ideas extremistas de Breivik no son únicas y que son compartidas por otras personas, aunque dudó de que exista en realidad la red europea antiislámica de militantes nacionalistas de la que aquel dice formar parte. «El tribunal no ha encontrado fundamento para la existencia de los Caballeros Templarios», afirmó Arntzen.
«Nos dijo que la sentencia no era ninguna sorpresa», manifestó uno de sus abogados, Odd Ivar Grøn, a la edición digital diario ‘VG’ durante la primera pausa de la vista.
Si ninguna de las partes presenta una apelación, para lo que tienen un plazo de 14 días, Breivik pasará a cumplir su pena.
El veredicto se supone «un triunfo» de las tesis de la defensa y del segundo equipo de psiquiatras que examinó a Breivik, cuya conclusión fue que este no padece ninguna alteración mental grave y que no se encontraba en estado psicótico al cometer los atentados, condición para poder declararlo penalmente no responsable.
El primer informe consideraba en cambio que Breivik padecía esquizofrenia paranoide y que sí se estaba en estado psicótico, por lo que debía ser condenado a tratamiento psiquiátrico.
La defensa solicitaba su puesta en libertad, ya que Breivik considera que actuó en estado de «necesidad» para defender a su pueblo de la «amenaza» islámica; y de forma subsidiaria, la pena de cárcel más leve posible.
Cabe recordar que la custodia es una figura legal del derecho noruego que puede equivaler a una cadena perpetua, ya que una vez cumplida la pena, los tribunales pueden prolongarla de forma indefinida cada cinco años, eso sí, si consideran que el reo continúa siendo un peligro para la sociedad.-

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