Voto electrónico: los riesgos de una ilusión

13/04/2015 | Revista Norte

voto electronico

LOS CASOS EN EL MUNDO Y EN SALTA

Entrevista a Beatriz Busaniche, especialista y coautora del libro que devela las trampas del voto electrónico.

La entrevista fue realizada en ocasión del intento de Mauricio Macri de implementar en la ciudad de Buenos Aires, el sistema que el gobierno de Urtubey en Salta `vende´ como un éxito y un salto a la modernidad.

Beatriz Busabiche: “El voto electrónico tiene una serie de implicancias bastante complejas. En general hay una cuasi unanimidad entre los expertos en seguridad informática de que el voto electrónico no garantiza alguno de los valores centrales del sistema democrático. Por ejemplo, la integridad del voto, es decir que aquello que el emisor del voto quiso votar sea efectivamente lo que se contabilice. El secreto del voto es otro de los grandes problemas. Y estos dos puntos son justamente los que están más en riesgo cuando  hablamos de implementar voto electrónico. Entonces, hay una serie de derechos ciudadanos que no se están poniendo sobre la mesa como por ejemplo el derecho al secreto del voto, el derecho a auditar las elecciones. Hay un fallo muy interesante. En el año 2009 el más alto tribunal constitucional de Alemania, que es un país que fue uno de los pioneros en la implementación del voto electrónico en Europa, lo declaró inconstitucional por esta cuestión, por decir: el ciudadano de a pie, aquel que no es un informático, un especialista en seguridad de sistemas, no tiene la capacidad de entender el proceso, de auditar el proceso. Hay que recordar que el derecho de auditar la elección no es solamente una obligación que tienen algunos (fiscales o autoridades de mesa) sino que es un derecho de todo ciudadano, cualquiera de nosotros puede ir y sentarse en una mesa y colaborar en el conteo, en la revisión, que haya boletas, y auditar el proceso en esa pequeña instancia que uno alcanza, en una mesa, en una escuela y demás”.

La máquina, el sistema, ¿tiene un software quién lo puede comprobar, quién hizo el software y cómo podemos saber que no está alterado para que favorezca a un candidato?

B. B.: “No lo podemos saber. Ese es uno de los grandes problemas que tiene el voto electrónico. Supongamos que los distintos partidos nombran fiscales informáticos y tienen alguien de su confianza que hace una auditoría del código fuente, por ejemplo. O que ese código fuente está publicado. Nada garantiza que eso que corre en la máquina en que yo voy a emitir mi voto, es efectivamente lo que se auditó. La auditoría que requiere este sistema es tan tan profunda que, la verdad, es muy difícil hacerla y por eso es que muchos países están volviendo atrás. Alemania lo prohibió por inconstitucional, Holanda dejó de usarlo porque fue muy sencillo vulnerar el secreto del voto, en Estados Unidos, en numerosos condados, hubo muchísimos problemas, hubo incluso líneas de apoyo económico para que vuelvan a votar en papel. Sin embargo acá lo estamos `comprando´ como espejos de colores, como si fuera la panacea de la democracia, lo cierto es que no lo es.

Brasil tiene una situación muy difícil porque Brasil tiene uno de los peores escenarios en sistemas de voto electrónico, tiene un sistema que no admite papeleta impresa, por lo tanto el recuento implica confiar estrictamente en la máquina. Ese es uno de los sistemas más difíciles y que más problemas genera”.

¿Cuál es la propuesta de Mauricio Macri?

B. B.: “El PRO, desde que ganaron la ciudad por primera vez, viene haciendo campaña a favor del voto electrónico con distintos argumentos. En general lo venden, lo promocionan como una idea de modernidad, de transparencia, de un salto cualitativo en la incorporación de tecnología. Es un discurso que políticamente es muy permeable, la gente en general es muy permeable a este discurso, por eso es que tiene tanta aceptación el voto electrónico. Si uno va a preguntar a la gente de a pie en la calle, quien nunca escuchó sobre este debate, piensa que debe ser algo bueno porque es moderno, porque es más rápido y demás. Hace poco escuchábamos a la vicejefe de gobierno (de la Ciudad de Buenos Aires) hablar de que el voto electrónico dificulta las condiciones del fraude. Esto no tiene ningún paralelo con la realidad, esto es solo mística, es un discurso totalmente hueco, vacío. La escuchábamos decir que no hay ningún problema con el anonimato, que se va a imprimir una boleta, y lo cierto es que cuando la escuchábamos hablar, la escuchábamos promocionar el sistema que oferta una empresa. Que aparte es de código cerrado. Que se ha usado en Salta, que se ha usado en Río Cuarto, que no se ha podido auditar de la manera que corresponde y que además, tal como está escrita la reglamentación, parece una licitación dirigida, porque habla de una boleta electrónica, habla de un tipo de implementación que no es lo que ofrecen todas las empresas. Después se salió a decir que esto no estaba dirigido, que otras oferentes podían ir a la licitación, lo cierto es que la descripción que hay en el decreto responde a las características de este sistema, que además tiene una patente, por lo tanto es un monopolio de la empresa hasta el año 2024. Es decir, supongamos que viene otra firma y oferta este mismo sistema, tiene que pagarle a esta empresa regalías, por lo tanto esta empresa gana o gana.

Nuestra oposición al voto electrónico tiene que ver con que no garantiza el secreto del voto, el anonimato, no garantiza la posibilidad de que un ciudadano audite como corresponde. No entendemos cuál es el problema que se pretende solucionar. Nosotros siempre decimos en la Fundación que el voto electrónico es una solución en busca de un problema.

Hay un discurso vinculado a la imagen de eficiencia, hay una tecno-utopía, hay una idea de que aquel candidato que incorpora tecnología está más avanzado, hay toda una mística alrededor de la tecnología que contribuye a esto.

Nosotros no conocemos ningún escenario del voto electrónico que haya sido bueno, ninguna implementación. De hecho no existe ningún modelo teórico que asegure anonimato, que asegure integridad y que pueda implementar voto electrónico.

Lo cierto es que hacer esto con tanta premura pone en riesgo muchos derechos. No vemos ninguna necesidad de incorporar una `caja negra´, ninguna necesidad de privatizar, porque son empresas privadas que empiezan a incidir ahí.

El caso de Salta, fue muy gracioso, justo la máquina de la mesa en que iba a votar Urtubey tuvo el problema que la máquina se colgó y ninguno de los fiscales autorizados que están ahí para cumplir con su rol pudo hacer nada, tuvo que venir un técnico de la empresa y reiniciar todo, en pleno proceso. Es una forma de privatización de la democracia”.-

 

 CN23

VER LA ENTREVISTA EN LA SECCIÓN VIDEO DE ESTA WEB  (margen superior derecho de la página principal)

Enlace relacionado: https://www.youtube.com/watch?v=rE-RhsI6ssI

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