En Orán crece la inseguridad. Para ocultarla, prohibieron las sirenas

QUE NO PANDA EL CÚNICO.

«Se prohibieron las sirenas» para que no se visibilicen los casos de inseguridad, mientras Orán se convirtió en la ciudad con mayor tasa de homicidios del país.

ORAN, SALTA. Todos los días en la ciudad se viven hechos de inseguridad, propio, de algún familiar o de algún vecino. La inseguridad está presente cada vez más y las reacciones del gobierno provincial, siempre espasmódicas, no resolvieron ni frenaron la problemática.

Varias marchas en que se manifestó la preocupación de la gente fueron realizadas en distintos tiempos, pero el gobierno intentó combatir las protestas antes que resolver los problemas. «Después de la última marcha, se dejó de escuchar sirenas en las calles porque fueron prohibidas `para no generar alteración en la gente´ según me comentaron allegados a la fuerza policial», dijo la dirigente y ex diputada, Silvia Jarzún, consultada por Revista Norte.

Esta teoría de las autoridades de seguridad de la provincia no es nueva, data de la conducción del ex comisario Marcelo Lami que ya había prohibido años anteriores que en los partes de prensa policiales se incluyeran informaciones sobre suicidios porque «provocaban el efecto contagio». Es decir, si se conocía que alguna persona se suicidaba, eso provocaba que otras quisieran también quitarse la vida, creía Lami y así lo institucionalizó; aunque el motivo principal de ocultar la información no fuera el evitar más muertes sino evitar engrosar estadísticas comprometedoras.

Semejante barbarie fue también filtrada por la misma fuerza, pero Lami fue más allá. Luego de que el gobierno de la provincia prometiera cámaras de seguridad para prevenir la inseguridad, un nuevo reclamo de la comunidad de Orán se hizo oir ante su incumplimiento. Allí, el entonces Jefe de la Policía de la provincia no encontró otra excusa que la de culpar a los maridos infieles, recordó Silvia Jarzún.

Respecto al tema de las cámaras de seguridad, Lami anunció que el número sería menor de lo prometido, en lugar de ochenta serán cuarenta y de características también diferentes a las prometidas, porque las que se instalarán en Orán no cuentan con el software de reconocimiento de rostro. Lami dijo que no pueden instalar esas cámaras “porque violaría el derecho a la intimidad por ejemplo de hombres que quieren pasar un momento en la plaza con una amante, que luego podrían ser víctimas de chantaje por esas imágenes”. (Ver: En resguardo de los patailana).

La negación de las problemáticas que se visibilizan es la principal especialidad de los funcionarios del gobierno salteño. Los testimonios de los vecinos son siempre fuertemente refutados en la prensa o acalladas las protestas con el método patotero que instaló Lara Gros en Orán. En la última marcha, los vecinos lo vivieron cuando un grupo de chicos que irrumpió con palos en la marcha fue interpelado por la gente y terminaron confesando de parte de quién venían a frustrar la movilización.

Robos, secuestros, homicidios, heridos y muertos son hechos de todos los días en la ciudad. «Quieren seguir ocultando la realidad, triste realidad que estamos viviendo, para no hacer nada. Y le cuesta la vida a nuestra gente» reflexionó Silvia Jarzún.-

REVISTA NORTE

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