Cuando el Zonda dejó de soplar y mermó la preocupación de los vecinos que vieron el fuego cerca de sus casas, quedó expuesta la debilidad del sistema de emergencia. La situación que provocó ese viento caliente y bravo, que sopló con ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora, mostró una vez más que los bomberos son pocos, que faltan autobombas, herramientas adecuadas para capear una situación como la que el Valle de Lerma vivió el martes y hasta bocas de salida de agua. Para apagar algunos focos, especialmente los que se prendieron en el zona del Portezuelo, se vaciaron hasta las piletas de natación de las casas.
Como los bomberos no se daban a basto, en ese barrio y en varios otros se sumaron policías a la guerra contra el fuego a pesar de que ninguno tenía la ropa adecuada para protegerse del calor, mucho menos de las llamas. La buena voluntad de los efectivos fue remarcada por los vecinos, pero se necesita mucho más que eso. “A mis hijos los mandaron a la casa en medio del temporal”, se quejó María, la mamá de dos alumnos que concurren a una escuela de la zona sur capitalina. El testimonio de la mujer mostró otro costado flaco: la falta de protocolos en algunos establecimientos para actuar en casos de emergencia como este.
Lectores de El Tribuno se comunicaron con la Línea Directa para remarcar que en los momentos más dramáticos los teléfonos de atención de emergencias (9-1-1, Edesa y Aguas del Norte) no respondían.
Funcionarios municipales y provinciales admitieron la precariedad de los sistemas de emergencia y algunos, como la secretaria de Gestión Educativa, Analía Berruezo, dijeron que “recién ahora” comenzarán a trabajar en el tema.
No es casual que los mayores efectos del viento lo sufrieron las villas de emergencia. Muchas casas se quedaron sin techo y hasta sin paredes.
El gobernador Juan Manuel Urtubey felicitó ayer a las personas que trabajaron contra el fuego. Urtubey dijo que nunca vio tantos focos de incendio abiertos en zonas urbanas y densamente pobladas. “Los brigadistas y rescatistas estuvieron en los lugares de mayor riesgo, donde está la gente”, dijo, para destacar lo que hizo cada uno.
Sin luz y sin agua
Mientras sopló el Zonda, 40 mil hogares se quedaron sin luz y sin agua en el Valle de Lerma. Edesa antes que intentar recompensar los daños a los usuarios salió a afirmar que “no tiene previsto hacer descuentos” a los vecinos que se vieron perjudicados por los cortes de luz. Admitieron, además, que el tendido eléctrico no está en condiciones de soportar vientos de tamaña magnitud.
Hasta el cierre de esta edición cerca de mil hogares todavía seguían sin luz en el Valle de Lerma. En sectores de San Lorenzo y La Silleta continuaban las reparaciones para intentar normalizar el servicio. En las últimas 24 horas se levantaron más de 200 postes de energía descolocados por el temporal del martes. Los últimos focos de incendio se apagaron pasadas las 18 y la mayoría de los evacuados volvieron a sus casas antes de la noche. El Zonda dejó su marca. Como cicatrices quedaron las huellas del fuego sobre las faldas de los cerros San Bernardo y 20 de Febrero, símbolo de una jornada que insumió el esfuerzo de héroes anónimos y dejó a miles de damnificados.-
Publicado por El Tribuno
NOTAS RELACIONADAS:
El alerta había sido dado desde el día anterior
El nuevo Milagro de Salta se celebrará, desde 2013, el 18 de Septiembre
Temporal en Salta. Sin elementos de protección los bomberos debieron enfrentar el fuego
El temporal en Campo Quijano. Techos y viviendas cayeron por el viento
Pingback: 2 autobombas y 35 bomberos de turno tenía la policía de Salta el día del temporal | Revista Norte