Repercuciones por la renuncia del cuestionado Obispo de la Diócesis de Orán, Monseñor Gustavo Zanchetta, llegaron a medios nacionales y religiosos del país.
REVISTA NORTE
Revista Norte publicó una serie de notas sobre la intempestiva noticia y un resumen de las actuaciones de Zanchetta en Orán.
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INFOBAE PUBLICO AYER:
Dejó la diócesis de Orán sin despedirse de sus sacerdotes ni de los fieles. Se lo apunta por desmanejos financieros y se ponen en duda las razones de salud que alegó para justificar su alejamiento.
El obispo de la ciudad salteña de Orán, Gustavo Zanchetta, renunció sorpresivamente el sábado pasado a la sede episcopal, lo que generó la sorpresa de todos dentro y fuera de la Iglesia. En una carta publicada en sus redes sociales dijo que “un problema de salud” –cuya recuperación considera imposible de seguir en la provincia de Salta–motivó su alejamiento.
Su imprevista salida generó varias especulaciones ya que no se despidió de los feligreses ni de sus sacerdotes. De acuerdo con el portal Caminos Religiosos, el estado de salud del prelado presentó en los últimos meses algunos síntomas que requirieron estudios, pero nada que hiciera suponer la decisión de viajar a Roma para presentar ante el papa Francisco la renuncia como obispo.
Monseñor Gabriel Acevedo, vicario general de la diócesis, comunicó oficialmente por escrito a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) la decisión que ya se considera un escándalo: “El señor obispo Gustavo dejó la diócesis en horas de la mañana con destino a la arquidiócesis de Corrientes, donde será recibido como huésped por el señor arzobispo monseñor Andrés Stanovnik”.
Sin mayores explicaciones, se confirmaba así que Zanchetta ya no estaba en Salta, sino que había decidido asilarse a casi 900 kilómetros de distancia para esperar la aceptación de la renuncia por parte del Santo Padre, que finalmente se efectuó este martes, según divulgó la Nunciatura apostólica. En su reemplazo, Francisco nombró administrador apostólico sede vacante al arzobispo de Corrientes, sacerdote capuchino al igual que Zanchetta, y quien oficia además de anfitrión del ahora obispo emérito.
Zanchetta fue ordenado el 13 de diciembre de 1991. Cuestionado fuera y dentro de la Iglesia, tuvo una carrera meteórica: desde sus comienzos como vicario parroquial de la catedral de Quilmes y con funciones en el seminario diocesano, con apenas 34 años fue enviado en 1998 a Roma para cursar durante dos años una especialización en Teología.
Diez años después, fue nombrado subsecretario ejecutivo -mano derecha del secretario general, segundo en importancia- del episcopado y secretario de la Comisión Episcopal para la UCA, por entonces bajo el mando de otro cuestionado sacerdote: monseñor Alfredo Zecca, quien recientemente también renunció a su misión como arzobispo de Tucumán.
En junio de 2013 –antes de ser designado obispo por el Papa– Zanchetta sumó entre sus cargos el de vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado de Quilmes y representante legal de todos los colegios de la diócesis de Quilmes. Todo eso generó cierta reacción entre sus colegas, quienes comenzaron a verlo como alguien que buscaba hacer carrera en la Iglesia para ser nombrado obispo. Su ambición le trajo numerosas denuncias por supuestos desmanejos financieros, involucrando incluso a los colegios bajo su órbita. Según algunos trascendidos, esos mismos manejos económicos se habrían repetido en Orán, precipitando su salida.
Se conocen en la provincia sus vínculos con miembros del poder político y económico, que le permitieron recibir asistencia y fondos del gobierno provincial y nacional dado que invocaba ser “pastor de una diócesis necesitada”. Algunos de los pedidos, consigna Caminos Religiosos, tenían poco que ver con actividades religiosas.
Zanchetta protagonizó otro escándalo allá por 2014, cuando se negó a un control antidroga de rutina que la Gendarmería Nacional estaba llevando adelante en rutas de Salta, abusando de su investidura y amenazando a los oficiales con denunciarlos ante sus superiores. Finalmente, su vehículo fue inspeccionado y se le permitió seguir.-
CAMINOS RELIGIOSOS PUBLICO AYER:
El Santo Padre Francisco aceptó la renuncia de monseñor Gustavo Oscar Zanchetta como obispo de la diócesis de Orán (Salta). Al mismo tiempo Su Santidad nombró Administrador Apostólico sede vacante a monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, arzobispo de Corrientes.
A los 53 años y luego de haber sido durante los últimos 4 años obispo de la diócesis salteña de Oran, Gustavo Zanchetta anunció este sábado en una carta a la comunidad y de manera sorpresiva su renuncia a su primer cargo como obispo por “un problema de salud” cuya “recuperación que debo encarar no puedo hacerla aquí”, abandonando en cuestión de horas la ciudad de Orán sin despedirse de los feligreses ni de sus sacerdotes.
Sin embargo, unas horas mas tarde monseñor Gabriel Acevedo, vicario general de la diócesis, le comunicaba oficialmente por escrito a la Conferencia Episcopal Argentina –por intermedio de Carlos Malfa, su secretario ejecutivo y obispo de Chascomus- lo que ya se considera un escándalo: “El Sr. Obispo Gustavo, dejó la diócesis en horas de la mañana con destino a la Arquidiócesis de Corrientes, será recibido como huésped por el Sr. Arzobispo, Mons. Andrés Stanovnik.” Sin mayores explicaciones, se confirmaba que Zanchetta ya no estaba en la provincia salteña, para asilarse a 860 kilómetros de distancia “donde permanecerá hasta la aceptación de la renuncia por parte del Santo Padre”.
Con nombramiento episcopal polémico y resistido por sectores eclesiales, este sacerdote capuchino ordenado el 13 de diciembre de 1991 por Jorge Novak, primer obispo de Quilmes, tuvo una carrera meteórica dentro de la iglesia: desde sus comienzos como vicario parroquial de la Catedral de Quilmes y con funciones en el Seminario diocesano, con 34 años fue enviado en 1998 a Roma para cursar durante dos años una especialización en Teología. En diciembre de 2008 y con 44 años fue nombrado subsecretario ejecutivo -en la práctica, ser ‘mano derecha del secretario general, segundo en importancia- del episcopado y secretario de la Comisión Episcopal para la UCA, por entonces bajo el mando de otro cuestionado sacerdote: Alfredo Zecca, recientemente renunciado arzobispo de Tucumán. Dos jóvenes obispos que, cuestionados fuera y dentro de la iglesia y cuyas promociones fueron inexplicables para propios y extraños, debieron dejar sus cargos por aparentes temas de salud con pocas semanas de diferencia.
Antes de ser designado obispo en junio de 2013 por el papa Francisco, Zanchetta sumó entre sus cargos el de vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado de Quilmes y representante legal de todos los colegios de la diócesis de Quilmes lo que generó entre sus colegas que fuera visto como alguien que buscaba hacer carrera en la Iglesia para ser nombrado obispo. Pero esa ambición vox-populi le trajo aparejadas numerosas denuncias (algunas incluso le fueron entregadas al entonces arzobispo Bergoglio) en materia de desmanejos económicos, involucrando incluso a los colegios bajo su órbita.
Pasaron los años y sus manejos pastorales y económicos poco claros llegaron a Santa Marta. Y la respuesta siguió siendo demoledora por parte del papa Francisco -al igual que con Zecca-, que se disuadió del fin de un ciclo.
Finalmente, el Papa Francisco aceptó la renuncia de monseñor Gustavo Oscar Zanchetta como obispo de la diócesis de Orán (Salta).-
El arzobispo de Corrientes arribó ayer en horas de la tarde a Orán y este miércoles a las 20 celebrará una misa en la Catedral oranense.
Al mismo tiempo que aceptó este lunes por la mañana la renuncia de Gustavo Zanchetta como obispo de la diócesis salteña de Orán, el papa Francisco nombró administrador apostólico sede vacante a monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, arzobispo de Corrientes, quien este miércoles 2 por la noche celebrará la misa de en la Catedral de San Ramón Nonato para “rezar con el Pueblo de Dios por la pronta venida de un nuevo obispo, leer públicamente su nombramiento y tranquilizar los corazones de la gente confirmando su acompañamiento y cercanía en estas circunstancias de transición tan dolorosa” según informaron desde la diócesis.
No es la primera vez que Stanovnik debe asumir temporalmente como administrador apostólico hasta que un nuevo obispo asuma en la diócesis: entre mayo y octubre de 2010 y siendo arzobispo de Corrientes, Benedicto XVI lo designa administrador apostólico de la diócesis misionera de Oberá; sufragánea de la arquidiócesis correntina, Oberá había quedado vacante tras la trágica muerte en un accidente automovilístico de su primer y recientemente nombrado obispo Víctor Selvino Arenhardt y del canciller de esa curia, Hugo Oscar Staciuk.-
Ordenado obispo por el cardenal Jorge Bergoglio el 16 de diciembre de 2001, Stanovnik goza de la confianza del papa Francisco: estudió filosofía y teología en la Universidad del Salvador y su trayectoria dentro de la Orden lo avalan; entre 1987 y 1992 fue vicario provincial de los capuchinos y en 1994 fue Definidor General de la orden, con sede en Roma. En 2005 fue elegido secretario del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y desde 2007 es el vicepresidente del mismo Consejo que nuclea a los obispos del continente.
Un dato no menor pudo haber tenido en cuenta Francisco al elegir a Stanovnik para la transición y la investigación eclesiástica sobre lo que verdaderamente sucedió: la ordenación episcopal de Zanchetta en 2013 estuvo presidida por el arzobispo de Corrientes y el conocimiento que uno tiene del otro es de vieja data ya que ambos son capuchinos. –